meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso: febrero 2009

viernes, 27 de febrero de 2009

DE LA GATITA QUE SE METIO EN LA CAJA DE UNA OLLA A PRESION VITESSE...Y del gato que tuvo envidia




La gatita:





El envidioso:




A considerar:

- Ella fue la que se metió primero.
- El la sacó de la caja para meterse él.
- Entonces él tomó posesión de la caja.
- Ella se largó sin hacer un escándalo.
- Ella es gata.
- El es gato.

Conclusiones:

- Conclusión 1: Hay quienes no pueden aguantar las buenas ocurencias que tienen otros y usan la fuerza o lo que sea para arrebatarselas.
- Conclusión 2: Las luchas de territorios geográficos no son solo patrimonio del ser humano.
- Conclusión 3: A las mujeres siempre se nos ocurre primero.
- Conclusión 4: Debo estar muy aburrida para estar escribiendo esto.

¿QUIEN QUIERE SER PERFECTO?


Hay un síndrome, que afecta a algunas personas, que genera una gran ansiedad y sentimiento de culpa cuando se tiene la sensación de que uno no se ha comportado como “idealmente” se espera que se comporte.


Los que lo padecen se sienten interiormente obligados, aun sin darse cuenta, a ser estupendos y maravillosos en todas las situaciones, a la necesidad de ser admirados en todo su esplendor, a hacer las cosas correctamente a riesgo de que un tribunal de justicia (psicológico,claro) les condene por ello.


Estas personas suelen ser muy duras consigo mismas, no dejándose pasar una y culpándose en repetidas ocasiones, lo que las lleva, consecuentemente a ser también muy duros con los demás, a no aceptar fácilmente los errores de los otros y a mostrarse casi intolerantes con los deslices y las imperfecciones del resto.


Es el Síndrome de “Tienes-que-ser-Doña-Don–Perfecto...o Te juzgarán”.


Lo curioso de este síndrome, es que los que lo padecen parecen no poder ver que la imperfección, los errores, las pequeñas mezquindades humanas propias, las debilidades que poseen, pueden hacerles más humanos y, paradójicamente, incluso, más aceptados por el resto.

Y sobre todas las cosas, no se dan cuenta, que hay otros humanos que no están dispuestos a juzgarlos tan duramente como ellos mismos se juzgan, y que para nada están esperando que uno sea lo maravilloso que él-ella misma se están obligando a ser.

Permitirse cometer un error, permitirse sentir cosas que crees que no debes sentir (odio, rechazo, asco, atracción, deseo), permitirse poder ser humano ( bajar la guardia, equivocarse, no haber hecho bien algo, ser mediocre, ser arrogante, tener miedo, sentirse estupenda en ocasiones y aceptarlo sin verguenza, sentirse mediocre en ocasiones y no morirse por ello.....), es un alivio sagrado, es un respiro que permite vivir.


Respirar, vivir y seguir caminando.



miércoles, 25 de febrero de 2009

MORIR, DORMIR...TAL VEZ SOÑAR...


Quien dijo que dormir era morir
que se perdía la vida si dormía
que ya dormiría cuando muriera...

mezclaba dos verbos
sagrados y contundentes

tan a la vida ligados


como es

que sin descanso no hay vida
y que no hay vida sin muerte.





(De una saliente de guardia
que cometió el error de tomarse
una coca cola y dos cafés
por la mañana.
¡Dita sea!!).




Cuadro: "La Dormeuse", Tamara de Lempicka.

QUE ALGUIEN ME CORTE LA LENGUA, POR FAVOR.

No sé si es porque soy maña, porque soy impulsiva y pasional, porque mi autocontrol es para determinados temas tan inexistente como el agua en etiopía, o por qué...pero que alguien me corte la lengua, por favor.

No sé si es que me salté la clase el día que enseñaban lo que es la diplomacia, pero que me corten la lengua, por Dios.

Porque la yugular se me infla a veces más que a la Patiño, que me la corten, que me la corten.

Que me corten la lengua, o Penélope se va a ir ganando enemigos a lo largo de su atribulada vida, porque hay cosas que no me puedo callar. Y sinceramente, me da igual que venga el mismísimo dios o el presidente del gobierno a echarme la chapa, porque lo tengo que decir o reviento.

Que me la corten ya, porque a veces el enfado y la indignación que me producen determinadas situaciones hace que no diga las cosas con la calma y la amabilidad que serían precisas.

¿O sí?

Admiro a quienes mantienen la sangre fría y las palabras tranquilas ante discusiones y situaciones que enardecen el alma. Pero desgraciadamente, me estoy dando cuenta, que en esta vida hay personas que solo reaccionan ante las actitudes enérgicas y que la amabilidad y el “buenismo” (palabro que descubrí hace poco y que me encanta) hacen que te consideren una gilipollas o una blanda. Y nada más lejos de la realidad.

Y así sucede que el que se calla y habla por detrás es el bueno, y el que habla a la cara y se enfrenta, es el malo malísimo. Mecagüentó.

Tengo que encontrar ese punto medio en el que decir las cosas que considero que hay que decir, pero justo en su momento, con la contundencia necesaria y con la claridad suficiente para que queden claritas, pero que nadie se sienta herido.

Así que, que alguien me corte la lengua.

O, qué demonios, que no me la corten!. Que la vida es muy corta para ir haciendo bilis gratuitamente.

Puestos a elegir, prefiero ser una maña impulsiva que actúa desde el corazón (a veces equivocadamente), a una cobarde que pega la puñalada por la espalda.

Lo malo es que sin diplomacia no se llega tan lejos.

O simplemente, es que se llega a otro lugar.




(PD: es obvio que estoy enfadada, aunque el motivo de mi enfado no es menester comentarlo aquí. Para el siguiente post ya se me habrá pasado y podremos centrarnos en las relaciones sentimentales de las tortugas australianas. Mucho más interesante, dónde va a parar).

martes, 17 de febrero de 2009

ATRAPADO POR SUS PENSAMIENTOS


Sepharad pensaba mucho. Pensaba todo el tiempo.
A veces, podía pasarse horas pensando, incluso mientras hacía otras cosas.
Pensaba tanto, que un un día, sin que él lo notase, sus pensamientos comenzaron a salirse de su cabeza en forma de ramas de un árbol centenario, y empezaron a rodearle la cabeza, el cuello, los brazos; bajaron por la cintura, las caderas, le envolvieron los muslos, las rodillas y llegaron hasta los pies. De sus pies, sus pensamientos siguieron creciendo y alargándose por el suelo, hasta alcanzar las paredes de su cuarto, por donde treparon, invadiéndolo todo, hasta el techo, saliéndose de la habitación y enroscándose por todos los objetos que se cruzaban.
Cuando se quiso dar cuenta, los pensamientos de Sepharad habían tomado vida propia y se anclaban fuertemente en el mundo que le rodeaba, dificultandole la capacidad para moverse, para caminar, incluso para respirar.
Cuando Sepharad asumió que había caído presa de sus propios pensamientos y de que estaba inmovilizado, siguió pensando, pero esta vez, toda su atención se centró en cómo librarse de esas ramas que le ahogaban.
Pensó cortarlas, pero apenas podía mover los brazos para alcanzar un objeto cortante y cuanto más pensaba, más fuertes se hacían las ramas y más se extendían.
Pensó zafarse, retorcerse, pero el espacio entre las ramas y su cuerpo era ínfimo y no le permitía apenas movimiento.
Quiso morderlas, pero las ramas eran gruesas, sólidas, fruto de horas y horas de pensar.
Asustado por la imposiblidad física de escape, decidió que tal vez si hablaba con ellas, si dialogaba, si negociaba, las ramas desaparecerían, o retornarían a su cabeza. Comenzó a hablar, pero nada ocurrió. Para hablar tenía que pensar, pensaba mucho, pensaba en qué decir, en cómo decirlo, en lo que pasaría si no funcionaba, en lo primero que haría cuando quedara libre. Y como no paraba de pensar (porque Sepharad pensaba mucho, pensaba todo el tiempo), las ramas, en vez de desaparecer, seguían creciendo, alargándose, haciendose más fuertes e invadiendo ya todas las estancias de su casa.

Horrorizado ante la visión de su casa convertida en una selva de ramas entrelazadas, gruesas y fuertes, y ante la realidad de que se encontraba en una carcel y que no le quedaba mucho tiempo,empezó a llorar, a llorar desconsoladamente, a llorar sin pensar en nada. Porque ya no le quedaban fuerzas.

Mientas lloraba, rendido, vacío de todo pensamiento, cansado y agotado de pensar, las ramas comenzaron a retroceder, lentamente. Y cuanto más lloraba, y menos pensaba, más retrocedían.
Tanto lloró y tan poco pensó, que finalmente, las ramas terminaron por desaparecer por el mismo punto por donde habían asomado: por su cabeza.

Pero Sepharad no se había dado cuenta.

Cuando ya no le quedaba lágrimas, creyendo que era el final, abrió los ojos, y vió su casa limpia. Vió su cuerpo liberado. En silencio, en el silencio más grande que nunca había sentido, se dio cuenta de que el no pensar le había hecho liviano. Y le había salvado.

Desde aquél día, Sepharad solo piensa lo necesario.
Cuando nota que alguna rama le empieza a sobresalir de su cabeza, se relaja, deja de pensar y escucha música.

Y aunque cree que pensando menos está perdiéndose algo, la verdad es que sólo gana cosas. Gana claridad de pensamiento, gana paz, gana ocurrencias, y, paradójicamente, gana hasta soluciones a sus problemas.

Pero siempre tiene que tener cuidado de no pensar en exceso, porque no quiere volverse a sentir atrapado por sus pensamientos.

Desde entonces, los que le conocen, dicen, que Sepharad parece un hombre más contento.

viernes, 13 de febrero de 2009

CABARÉ DE CARICIA Y PUNTAPIÉ



Es un jueves. Hace frío pero menos del que nos tiene acostumbrado este invierno. La gente ha salido a la calle en busca de una promesa de tiempos más cálidos. Jueves y Madrid significa quedadas, tapas, cines, copas, socializar. Y más si durante el dia el sol ha caldeado un poqito el alma. Hoy parece ser que nadie se apunta al teatro. Siete personas, siete, acudimos a ver "Cabaré de caricia y puntapié", en el Teatro Arenal, donde actúa un amigo mío.

En la taquilla nos dicen que si no hay más de 10, puede que se suspenda la función.

Esperamos.
Fumamos.
Reimos.
A ver que pasa.

Son las 23:00h en punto. La hora de comienzo.("Claro, a estas horas",un jueves...pensamos....).

Finalmente, nos dicen, los actores han querido hacerla a pesar del poco público.

No es que sean nuestros amigos.
Es que aman lo que hacen.

Entramos.

Desde el patio de butacas, el ayudante de dirección nos da una bienvenida cálida y nos pide disculpas por la dudas que nos habían planteado en taquilla sobre la posible suspensión. Nos asegura que los actores nunca las han tenido y que estarán encantados de actuar para nosotros.


Que comience la función...dice. Mágicas palabras.









Las luces se encienden...
el teatro se hace carne...
las palabras, gesto...
el gesto, arte.
Y esas canciones...alma.
Y ya no podemos parar de reír.
Ya no podemos.
Voy a ponerles una afectuosa demanda por dolor agudo de mandíbula.

Cantan bien. Actúan mejor. Los textos son propios. Las canciones, de Boris Vian.

El pase que sucede esta noche es lo más parecido a un pase privado que he presenciado nunca.
Las risas son timidas, los aplausos no muy sonoros. No es lo mismo ser 40 que 7.
Una función casi en familia.
Se esfuerzan. Lo agradecemos. Nos reimos. Nos encanta. Nos sienten. Se crea una complicidad que ellos notan. Que nos devuelven.

Es la magia del teatro

Hoy nos han hecho un regalo. Han actuado de verdad, para nosotros.

Que viva el teatro. Y la gente que lo ama de verdad.
Que actua por amor al arte y no solo por hacer taquilla.

Por supuesto volveré a verla.

Si viven en Madrid, quieren ver buenos actores y reirse a mandíbula batiente,no se la pierdan. Está hasta finales de febrero.



http://www.gatonegroteatro.com/cabare.swf


domingo, 8 de febrero de 2009

ABRE TU MENTE...TREMENDAMENTE



Lo que suena hoy en mi cabeza.
Música de rumba y ganas de bailar...Será que me ha venido un aroma de veranito al levantarme, de arena, de sol y de sonrisa en el alma.

Descubrí este disco en un garito de lavapiés hace ya un año y pico.

http://lavamus.com/Album/2496254/Tremendamente/Abre_Tu_Mente.../mp3/

http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewProfile&friendID=195882295


lunes, 2 de febrero de 2009

LOS GOYA



O ese extraño fenómeno del mundo de la cinefilia patria que cada año se sigue vistiendo de un saborcillo carca a pesar de querer parecer muy progre. Lo cómico no pasa de ser patético. Lo glamouroso se queda en pasable, cuando no en ostentoso y hortera. Y el intento desesperado de crear dinamismo en la gala se ahoga en un rictus estático y robotizado que abuuuuuurreeeeeeee.

Menos mal que este año el señor Corbacho sólo paseó su buscada horterez de trajes imposibles y chistes de mal gusto en un único sketch. El resto del tiempo, fue esa gran actriz, Carmen Machi, quien intentó, sin conseguirlo, poner algo de sensatez en una ceremonia que está maldita por no sé qué designios maléficos.



De nuevo se lamió el lugar donde la espalda pierde su casto nombre a figuras de renombre internacional como Benicio del Toro y la omnipresente Penélope Cruz. España sigue perdiendo los papeles y babea ante todo lo que triunfa fuera. Porque vamos a ver: ¿De verdad, con la mano en el corazón, es Penélope la mejor actriz de reparto de todas las interpretaciones que ha habido en el cine español a lo largo de este año?? Que baje Dios y lo vea.


Y ese Benicio,al que no dejaban de echar piropos como si no hubiera otro actor más guapo y mejor, que como che no tiene precio, pero que parecía alelado cuando subió a decir su discurso, me dejó patidifusa. Algo que me inspiró un sentimiento tipo: “tío, estás buenísimo, pero la has jodido al hablar. Estoooooo.....me voy al baño, sabes? es que no me aguanto.”, típica excusa para librarte del tipico pelmazo de la fiesta. Dios mío, cuántos mitos se caen en cuanto hablan. Y dicen que los actores son intelectuales...


Las divas parecen no saber caminar en sus tacones sin una rigidez ridícula por miedo al batacazo, y hasta para decir dos frases, sigue habiendo quien se equivoca (y, suelen ser actores, es lo que más gracia me hace). A Alberto San Juan parece que le han dado un bono en la gala, a él y a su afectada forma de hablar. Menos más que este año nos libramos de la arenga anti-guerra y se limitó a decir, gracias a dios, dos frases. Los besos en la boca no pueden faltar, por Dios, cuando ya a nadie impresionan y el ingenio de la novedad brilla por su ausencia.


Lo de la presidenta es de risa. Parece que siempre tiene el trasero escocido y su expresividad al leer un papel es parecida a la de un pato con gripe mirando un cuadro. Pero a ella se lo vamos a perdonar. Carece de la maravillosa cualidad de la “interpretación”, puesto que no es actriiiiiz.


España cuenta con buenos guionistas, unos más conocidos que otros. Películas que lo avalan, haberlas hailas. Entonces...por qué los Goya parecen un guión de terror de tercera cada año, en los que la imposibilidad de hacer algo brillante e ingenioso nos decepciona cada vez y nos deja perplejos a propios y extraños??


Las caras de los invitados lo dicen todo. Caras de aburrimiento, de hastío, de “por dios que acabe ya o en su defecto que-me-saquen-un-primer-plano-que-estoy-estupenda”, me confirman que todos están pensando en la juerga posterior. Y hacen bien. Después de la tortura, el fiestón. Unas rayitas, unos cubatitas, unos cuantos mutuos e hipócritas halagos empalagosos, y unas cuantas más puñaladas por la espalda, un “a ver si pillo a esta” o “si le lamo el culo a este otro para que me contrate” y entre risas y gruñidos, sonrisas falsas y envidias contenidas, qué estupendos somos y qué contentos estamos todos de habernos conocido.


En fin: es lo que hay. No da pa’más. Este es nuestro mundillo del cine español.
Menuda panda. Así nos va.
Y algo que me repatea profundamente: que Carmen Machi se atreva a hacer un comentario irónico y despectivo acerca de la creencia en Dios y lo ridículo de la misma, así, por toda la jeta, y que la gente le ría la gracia, es lo más. Que yo sepa ser actor no está reñido con ser creyente o ser católico (aunque la moda dicte lo contrario). El respeto que toda esta gente grita a los cuatro vientos cuando puede, deberían aplicárselo, en primer lugar a lo que ellos se atreven a despreciar con tanta desfachatez.


¿Qué?
¿Que soy muy crítica??
No, hombre no. Solo hago un favor a la sociedad embrutecida y borreguil que nos rodea. Y por hacer de abogado del diablo, que falta hace. Ni la alfombra verde será nunca como la roja de los Oscars, ni Penélope es la gran actriz que todo el mundo se empeña en repetir, ni los Goya ni muchos de los payasos que participan en el evento de marras conocen todavía eso que tan desesperada y afanosamente se empeñan en poseer: el Glamour.
Y ya ven que de cine, lo que se dice de cine, no he hablado. Porque eso, se lo dejo a los entendidos. Pero es que hay mucha morralla que le sobre al cine español.