meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso: abril 2009

miércoles, 29 de abril de 2009

UNA CHICA BOOM-BOOM

Hoy mientras cenaba, mi mente no daba para nada más provechoso que poner la caja boba y lo que me echaran. En una, anuncios. En otra, los mismos anuncios. En otra, los hombres de Paco. Mel Gibson tratando de salvar a la humanidad, unas mujeres desesperadas, nueva hornada de triunfitos, buff qué fatiga…
...cuando de repente, me topo con una reoperadísima Paula Vazquez y
un extraño ente de exótica dicción y media melena que habla de no sé qué chicas boom-boom en un lenguaje melifluo, estúpido y rebuscado. Y me salen 3 criaturitas regordetas y bajitas que se ponen a mover las tetas cual balones de “furbol” en sucesivas y convulsas embestidas impetuosas y dignas de toda mi fascinación. Y a una pregunta de la reoperada, la que parecía ser la líder de las de las tetas atómicas, responde:














“Yo me siento mu orgullosa de ser una chica boom-boom”.

Y ante la disyuntiva de morir de un ataque de risa, de un infarto agudo por la impresión o de una suprema vergüenza ajena, decido cambiar el canal ipso-facto.
Me miro las tetas.
Me digo que si intento simular los movimientos que he presenciado, mi columna se partirá sin remedio, la zona lumbar se encasquilletará y mis tetas saldrán volando y se estallarán en la pared de enfrente dejando una oscura mancha que tendré que quitar con lejía pura por lo menos.
Demasiados riesgos.
También me quedo pensando en cómo alguien se puede sentir orgulloso de tamaña hazaña.
Cambio el canal: “59 segundos”. Uffff, qué alivio. Aquí lo único que van a mover es la lengua, y no precisamente para enseñarnos cómo se practica un beso de tornillo. Menos mal, tanta vorágine corporal y vacío mental me han fatigado.
Pero nunca te acostarás sin saber una cosa más: las chicas boom-boom están de moda…y yo en la inopia. Así nos va. Cachisenlamar.

Lo que una se pierde por no ver la tele.



Foto del indomable: http://imgserv.ya.com/galerias2.ya.com/img/d/d12e8926313265fci3.jpg
Foto de las tetonas asesinas: http://www.famaabailar.tv/media/img/blogs/0/219/0561998726.JPG

PLATONOV




A pesar del frenetismo que me consume, ayer me dio tiempo (tiempo que no tenía pero ya me habían sacado las entradas) para ir a "PLATONOV" en el María Guerrero. Si tenemos en cuenta la vorágine vital que me acompaña, que tengo la cabeza bloqueada por mil cuestiones y que al sacar 40 euros del cajero me los dejé allí y me largué tan campante, de lo que me dí cuenta fue de que las 3 horas que duraba la representación fueron las 3 unicas horas del día en las que no estuve pensando en más de 5 cosas a la vez. Y eso fue un alivio.

Fue una representación grata, bien actuada, muy lejos del Chéjov que estamos acostumbrados a ver, quizá porque el autor escribió este texto 15 años antes del resto de sus obras y según nos comentó Pere Arquillué, el actor que interpreta a Platonov y con el que estuvimos charlando después en el subsiguiente y necesario bar de cañas, la obra original dura 9 horas representada y ha tenido que ser acortada muchísimo, con lo cual ahora dura 3 (tela).

..Me ha gustado bastante, quizá porque esta obra, amén de la posible mejor o peor critica que pueda hacerse de la técnica interpreta-tiva, escenográ-fica y de montaje, se presta para el espectador a un sin fin de interpretaciones psicoanalíticas del personaje principal: Platonov. Y a cada cual le llega su personaje, según le ha ido en la vida, o según a quien ha conocido, al encontrar similitudes con las de personas cercanas o con la suya propia.

En estos menesteres de discusión filosofopsicológico diagnóstica estábamos cuando Platonov en persona vestido de Pere Arquillué pasó por allí y decidimos preguntarle cual era su opinión de él mismo: bueno, de platonov. Y fue curioso: se estableció un consenso sobre que ante todo era un hombre egocéntrico o narcisista, incapaz de amar, cínico y brillante, y sobre todo amargado de la vida.

La mia personal es la de que era un hombre que en su juventud había sido muy idealista, y que la gran corrupción de su tiempo, la avaricia y mala fé de los perfectos aristócratas que le rodean y a los que desprecia profundamente, le ha convertido en un hombre amargado, decepcionado de la vida, cínico, que arremete contra todo y contra todos y que ha perdido la ilusión y la confianza en sí mismo.
Casado con una mujer que le adora (adorable está Carmen Machi que lo interpreta) y que le ama sin condiciones, él se siente indigno de ese amor, pero lo conserva durante tanto tiempo únicamente porque se siente halagado e impresionado de ser amado a pesar de considerarse a sí mismo una mierda (vamos, que aquí lo de que es narcisista parece contradecirse...o quizá no...: porque al fin y al cabo esa es otra forma de egocentrismo. "Yo no es que sea un desgraciado: es que soy el MAS desgraciado de todos, no puedo ser menos"). Rodeada estaba de psiquiatras y su diagnostico estaba claro, así que debe ser.

Las mujeres lo encuentran atractivo precisamente por esa naturaleza salvaje y autodestructiva que a muchas (no solo en el teatro) les lleva a querer "cuidar" y "cambiar" al pobrecito hombre perdido. De antemano, las perdidas son ellas. El las atrae pero a la vez las rechaza porque "a su lado solo van a sufrir". Aiññññññ....a alguno he conocido yo así, y de esos hay que alejarse como del diablo. Dan mala vida.
Y en fin, el final no se lo cuento por si la van a ver.
Es una obra diáfana, entretenida, bien interpretada, y el teatro Maria Guerrero me recuerda al de mi pueblo: el Principal de Zaragoza.
Así que blanco y en botella.



EPILOGO: cuando volví al cajero automático a los 5 minutos de haberme dado cuenta del despiste, mis 40 euritos ya no estaban allí. Obvio. Espero que alguien se compre unos zapatos a mi salud.
Joder.


Fotos y cartel: http://cdn.mcu.es/obrasg.php?ob=15&leng=es

miércoles, 15 de abril de 2009

BESAME, TONTO



Una foto inmensa. Gigantesca. La ultima campaña de la marca Diesel. Calculo que de más de 50 metros. Cubre la fachada de varios edificios en la céntrica plaza de sol. Como para no verla.
Caminaba distraída, pensando en mis cosas, cuando de repente...halaaaaa,de sopetón. Sin aviso ni nada. Sin entrenamiento mental previo.
Me ha dado corte sacar mi móvil para hacer una foto de la foto (no he sido la única que ha tenido tal impulso) y he decidido buscarla por internet.

La foto en sí, es buenísma.

Lo que se puede interpretar, mucho.Perversiones sexuales? Sadomasoquismo? ¿ Es un jovencito muy guapo que le está pisando la cabeza a un hombretón calvo? ¿Es su esclavo sexual? ?Quizá su amante? ¿Está fiambre y se ha caído de bruces sobre su lustrosa zapatilla o es que le está besando el pie? Ahhhh....es un fetichista enamorado de la zapatillaaa...o está jugando a yo te beso, tú me pisas?... ..Y qué hacen unos pies debajo de una mesa? Es el tercero de un trío al que se han cargado después de follar como locos? o ha sido un trío con un maniquí? Le ha dado un patatús después de que el guapo le robe las zapatillas? Qué demonios hace ahí eso???

Lo que digo: la foto da para un analisis muy interesante. Y hasta para una novela si empiezas a hacer asociaciones mentales.

Pero lo mejor de todo: que ha conseguido que me fije en la existencia de la marca.

Aunque tengo que reconocer que hay algo que no me termina de gustar. No sé muy bien que es. Quizá sea el impudor de sacar a relucir parcelas tan íntimas del ser humano para vender algo. La normalización de lo sórdido. La apuesta por la degradación. La comercialización aceptada y normalizada de la violencia psicológica.
La facilidad de ver estas (y otras) imágenes en todas partes no nos hace más humanos, ni más liberales, ni más abiertos de mente. Un niño no sabe lo que es todavía besar, pero pasará por sol y le preguntará a su madre qué significa lo que está viendo. Y cuentaselo, cuentaselo. Lo de "plantar la semillita de papá en la tripita de mamá" es ya ridículo. Ahora hay que aprenderse directamente un tratado sobre psicopatología sexual para saber responder a determinadas preguntas.

No sé si para vender zapatillas es necesario esto. Supongo que sí.

O es que me estoy volviendo mayor. O que por fin, me atrevo a pensar y a sentir lo que me da la gana.


Foto: http://www.thecooltrends.com/index.php?option=com_content&view=article&id=154

domingo, 12 de abril de 2009

CERVEZAS Y PSICOLOGIA DE GÉNERO



Cuando ví en la tele el anuncio de Heineken en el que unas mujeres se volvían histéricas de alegría al descubrir el inmenso vestidor que su amiga se había construido en su nueva casa, me sentí totalmente comprendida!!
Las tres cosas que no faltarán en mi futura casa son: un vestidor gigante, una terraza preciosa llena de plantas y de románticos bancos de madera (o un jardín boscoso en su defecto) y una biblioteca repleta de libros que cubra varias paredes. Además, también quiero un cuarto de baño grande con bañera (sin bañera, no hay trato), pasillos interminables, suelos de madera, de esa de casa antigua, que chirria al pisar, y techos altos, muy altos. Unos ventanales que lleguen al suelo, por donde el sol entre a raudales, y muchas, muchas plantas.
(Tengo una amiga que dice que ella renunciaría al vestidor por la biblioteca, pero no le doy mucho crédito, lee dentro de poco su tesis sobre “Diseño de packing y filosofía Kansai” y sospecho que está algo trastornada.)

Claro que he calculado que para ello tendré que hacer 15 guardias al mes durante 20 años, invertir en bolsa, comprar unas cuantas acciones y consultar con una medium el número premiado de la bonoloto con bote, por si todo lo anterior no es suficiente. O en su defecto apuntarme al casting de "¿Quién quiere ser millonario?"

Mientras tanto, siempre nos quedará...la cerveza. Y los anuncios de cerveza.




martes, 7 de abril de 2009

LA LIBRERÍA IMAGINARIA




Me encontraba perdida por algún lugar de Madrid. La calle en cuestión era pequeña, estrecha, de suelo adoquinado y ambiente cristalino y dorado, como cuando sale el sol tras una tormenta. Un local antiguo de la esquina llamó mi atención, en el letrero de la entrada ponía:
“ Librería Imaginaria”.
Me metí, intrigada por tal nombre, y me encontré con un lugar muy acogedor. En seguida me dí cuenta de que no había a la venta ni un solo libro de Autoayuda, faltaba de forma escandalosa la sección de los libros esotéricos y espirituales y en las estanterías de “Narrativa” solo se podían encontrar títulos de Pío Baroja, Cervantes, Pavese, Chejov, Dostoievski…Un momento. Allí pasaba algo: ¿Dónde se habían metido los innumerables autores contemporaneos de bestsellers que nos acribillan por todos lados en las librerías normales? ¿Y los libros éxitos de ventas escritos por la modelo de moda o el presentador de turno del momento? ¿Qué había pasado con esa literatura barata de autores desconocidos que crecen como las setas, que llenan cientos de estantes y nos hacen perder el tiempo cuando lo que estamos buscando es un simple libro de bolsillo de “Fortunata y Jacinta”, que, “vaya! no nos lo han traído aún”, pero a cambio ahí mismo tiene “usté” 20 ejemplares bien grandes y empaquetaditos de “El misterio de la Cripta de los Templarios”…o algo parecido?…
No me pareció ese un lugar muy normal.

Poco a poco, mientras me deleitaba con el hallazgo, una neblina grisácea comenzó a invadir el ambiente de forma imperceptible hasta hacerlo muy borroso, y me dí cuenta de que el dependiente ya no era el dependiente, era Allan Poe y mientras me miraba lanzaba unas carcajadas agudísimas y cínicas, y yo comenzaba a hundirme, me hundía irremediablemente en una espiral espesa, brillante, de libros de autayuda y de bestsellers, que trataba de tragarme…y yo gritaba No!! Nooo, por favor!!!!.... y entonces desperté sudando y con el corazón latiendo a cien por hora.

Ah! Había sido un sueño.
Un sueño delicioso. O una pesadilla.
Según se mire



Foto: http://www.flickr.com/photos/51035555243@N01/176219371

domingo, 5 de abril de 2009

COLETTE, EL SEÑOR CARRINGTON Y EL MAR


"Mujer escribiendo una carta". Gerard Ter Borch (1617-1683)




“Llamaron a la puerta de la habitación. Era la criada. Un mensajero acababa de entregar en casa de los Sheliman una misiva dirigida a la hija mayor, Colette, que se encontraba en esos momentos escribiendo sobre la antigua mesa de madera situada frente a la ventana de su cuarto, y desde la que se podía ver el mar.
Colette miró el sobre. El remitente era el Señor Carrington, un amigo de la familia, y lector asiduo de sus libros, acaso el único que sabía quién era ella realmente, puesto que Colette usaba un pseudónimo masculino para escribir, consciente de que en su mundo poca credibilidad habría de darse a una mujer que emprendiera tamaña insolente empresa.
Lo abrió con sumo cuidado. De su interior, sacó una hoja amarillenta, sencilla, apenas garabateada con una sola frase:

“Según te leo, me gusta más como palpitas”.

Colette cerró los ojos durante unos instantes. Sonrió.
Después, cogió su pluma, una hoja en blanco y escribió:

“Sepa, señor mío, que lo que acaba de decirme me ha provocado una suerte de shock.
Nunca nadie me dijo algo tan hermoso.
Acaba usted de condenarme: ni rosas, ni diamantes, ni cenas lujosas me seducirán ya. Ni galanes sin palabras, ni hombres que no saben ver, ni pretendientes adormecidos en los brazos de la mediocridad, ni almas frías incapaces de sentir.
Sino Eso.
¡¡¡Eso es lo que yo quiero!!!!”


A continuación dobló la hoja, la besó delicadamente, la guardó en un cajón y lo cerró con llave para siempre.
Miró de nuevo a ese mar luminoso que tantas sensaciones le había proporcionado a lo largo de su vida.
Suspiró profundamente.
Y continuó escribiendo”.





PD: La culpa de este post la tiene el señor Turulato.

POSESIÓN




¿No se han encontrado ustedes alguna vez en ese tipo de situación en la que , impulsivamente, no pueden parar de hacer algo? A veces, ese algo es productivo: trabajar, viajar, leer, limpiar la casa, hablar, hacer ejercicio…Y entonces, a pesar de lo impulsivo de la situación, resulta beneficioso. Otras, puede tener tintes destructivos o inútiles: fumar, pensar incesamentemente, parlotear, comerse las uñas…Y en esos casos, hay que frenar como sea.
Desde hace unos días me encuentro como poseída por las ganas de escribir. En Marzo, apenas escribí en mi blog dos tristes post, y de pronto, desde el viernes, no hacen sino venirme ideas a la cabeza, algunas brillantes, otras fantochadas, otras normalitas, pero que acuden a mí como torrentes imparables de conceptos, palabras, ideas y ganas.
¿Será esto lo que se llama inspiración?
¿O es el simple reflejo de una personalidad alternante e impulsiva?
A lo mejor, descansar temporalmente del trabajo y de las obligaciones profesionales tienen algo que ver…
En momentos así, escribiría varios post por dia. Y mil cosas más.

Pero no se me asusten: no voy a martirizarles tanto. Me contendré.

De todas formas, una duda me corroe: ¿es esta la correcta inspiración?
¿No es mejor la inspiración trabajada, la que surge a fuerza del esfuerzo diario, estable y mantenido, la de los escritores-escritores, esos que no desesperan porque durante un tiempo no tienen grandes ideas y siguen, sin embargo, escribiendo a diario?

Pero en fin, tendremos que permitírnoslo.
Al fin y al cabo, solo soy una anestesióloga con ínfulas de escritora.

Poseída, además.

Vamos, todo un poema.
Que no es poco.

GRIS MATE





“Donde la miopía impide ver a Dios
Y al mirar al cielo los sombreros se estrellan
Y los arcos son carcajadas mudas

Donde se estudian libros en blanco
Y el viento cardado se peina
Y las dudas hacen libre

Donde las obleas casi quitan el hambre
Y las águilas comulgan

Donde las nubes amordazan al sol
Y la caída de Dios es inminente.

Allí el universo es Gris Mate”

compañía katubeltz-folleto-




Tres personajes claramente definidos, tres formas de estar en el mundo, tres arquetipos identificables, y un color de fondo: el gris mate de un cielo que está nublado permanentemente. El gris de un mundo que se ha quedado seco porque ya no llueve. Un gris de vacío, rabia y duda que invade el escenario de sus vidas y que los personajes tratan de asimilar cada uno a su manera.

Cómo me ha gustado!
Una hora y pico de placer. Un texto que a veces es absurdo hasta lo cómico, simbólico y surrealista. Y unos actores deliciosos, que se van quedando contigo, que te van haciendo tenerles cariño. Los tres me han gustado, pero me ha fascinado ese peluquero que me ha recordado a las películas de Tim Burton, ese ambiente surrealista, a veces decadente, con toques cómicos e imposibles.
Esa recreación de un mundo que se les ha vuelto gris, donde la percepción de polvo y viento invade la historia, donde la sensación de vacío, duda, inocencia y esperanza conforman una amalgama (gris) que resulta ser: la propia vida.

La vida es así: gris. A ratos sale el sol y se vuelve luminosa, a veces viene la tormenta y todo se oscurece, pero las más de las veces es gris, a veces de un gris muy mate.

No me parece que el gris sea un color feo.
Y a nuestro “gris particular” le podemos dar las pinceladas que queramos. No. No soy pesimista. Y creo que esta historia tampoco lo es.

Hay quien dice que la vida es rosa.

Pero esas personas no me interesan.





Vayan al teatro. Es vida!
Están hasta el 12 abril en el Galileo.
Compañía de teatro katubeltz: http://www.katubeltz.com/

EL DESVAN



En mi casa hay un desván. Un desván enorme y oscuro, lleno de polvo, de muebles antiguos y cosas olvidadas, con un techo de viejas vigas de madera recia, abuhardilladas hasta casi tocar el suelo, lo que provoca que tengas que entrar en sus dominios con la cabeza inclinada y el cuerpo sumiso, cuidadoso, como si le estuvieras rindiendo pleitesía.
A ese sitio casi nunca sube nadie. Está cerrado con un candado y en la puerta hay pegado un curioso cartel de plástico que reza: “Diego”, y que ya estaba allí cuando yo llegué a esta casa.
A veces necesito entrar. En él guardo esas cosas que no sabes bien donde colocar y que ocupan un lugar precioso en cualquier otro sitio de la casa: los disfraces que me traje de Nueva Orleans, las pelucas de mis obras de teatro, los zapatos de tacón de aguja que me compré en un chino barato para interpretar a la malvada Magdalena en nuestra versión rockera de “La Venganza de Don Mendo”. Y también cosas más pragmáticas: unas deportivas y varios pantalones y camisetas de deporte de cuando practicaba aerobic como una posesa. El carro de la compra que me compré diligentemente y nunca usé. Las decenas de cajas de diferentes electrodomesticos, que como carcasas olvidadas, se han quedado allí a la espera de ser necesitadas en alguna futura e inevitable mudanza y muchas cosas más.
También están los habitantes anteriores, los que ocupaban previamente el territorio cuando yo llegué a esta casa: sillones viejos llenos de polvo, quizá pertenecientes a antiguos dueños, sillas desvencijadas, baules de madera agrietada, cuadros de paisajes melancólicos y oscuros, espejos sin marco que parecen mirarte tristes y lánguidos, maderas de varios tamaños que resisten el paso de los años y de las polillas, tejas de ladrillo rojo de cuando se construyó la casa, anaqueles desmantelados, lámparas rotas y un pupitre antiguo, de esos de las escuelas de película de postguerra.
Hay además otros habitantes, igual de silenciosos, pero más dinámicos. A veces se oye el aletear de unas plumas, o el suave murmullo de un gorrión. Y quien sabe lo que habrá en las profundidades inexploradas y oscuras, inaccesibles por la dificultad de la llegada y por la pereza de descubrir lo desconocido. La luz, cuando la enciendes, es cetrina y escasa, y el suelo tiene deformidades, porque no está embaldosado y hay mucho, mucho polvo.

A mis gatos les gusta meterse en su interior. Para ellos es una gran fiesta y toda una aventura cuando abro el candado y la puerta chirria suavemente a fuerza de no haber sido usada en mucho tiempo.

A mí, no sé si me da miedo ese lugar o me encanta. Pero lo cierto es que solo subo cuando es estrictamente necesario, o en aquellos arranques de entusiasmo en los que me propongo redecorar mi casa con algún mueble todavía no descubierto, y siempre acompañada por mis pequeños leones, que se suman a la fiesta, oliéndolo todo, disfrutándolo todo.

Hay noches, en que, tumbada en mi cama, me imagino que algo se mueve allí arriba. A veces me da por pensar que oigo pasos y sonidos entrecortados:“serán ratones”. Y siempre me duermo pensando en alguna otra cosa y tras haber rezado un poco para que el techo no se me venga encima, sonrio confiada porque las casas de antes, y esta tiene ya un siglo, no son como las de ahora.

Una noche, ocurrió que cuando estaba conciliando el sueño me pareció oir el sonido melancólico de un saxo y una voz de mujer que cantaba un blues muy triste. Qué raro…a esas horas mis vecinas ya han apagado la música, y lo que escuchan, para martirio del vecindario suele ser el último éxito de los 40 principales. Y esa música…es tan bonita…tan delicada…Y pensando en esas cosas, mientras oía cantar a la mujer, me sobrevino un profundo cansancio, y esa noche soñé con el río Mississippi, con las calurosas noches de Lousiana, con artistas negros y canciones tristes.

A la mañana siguiente, mientras desayunaba, eché de menos a mis gatos que siempre me acompañan, me dan los buenos días y se toman conmigo el café y el cigarrito, y presa de una extraña inquietud comencé a buscarlos por toda la casa, en sus lugares favoritos, debajo de las camas, encima de los armarios, en el baño, en la entrada, hasta abrí la puerta de casa por si me los había dejado fuera. Nada. Ni rastro. Al volver a entrar, me dí cuenta de que había una pluma verde en el suelo. Brillante, grande, muy bonita. Una pluma verde jade. No conozco a ningún animal que posea unas plumas semejantes por estos lares.
Al llegar al salón, descubrí otra pluma igual sobre la mesa que está debajo de las escaleras que llevan al desván. Sospechando lo que ocurría, comencé a subir las escaleras y pude ver la puerta del desván ligeramente torneada. Me acerqué con curiosidad, la empujé con cautela, encendí la escasa luz de la pobre bombilla sin lámpara que cuelga en la entrada y...ajá!.. atiné a ver a Silvestre y a Gatita tumbados en los sillones, durmiendo plácidamente, olvidados del mundo y de su dueña.
Silvestre me miró con los ojos somnolientos y entonó un “miau” de buenos días, o de “déjanos en paz, bonita, hemos pasado una noche muy agitada”, nunca se sabe.

Misterio resuelto.

Pero...¿Cómo habrían abierto la puerta con candado estos bandidos?...Quizá me la había dejado yo abierta el día anterior? Pero no recordaba haber subido....En fin, quizá me equivocaba....
Pensando en estas cosas, cuando me disponía a salir (molestar la paz de dos felinos que duermen me parece un sacrilegio), tropecé con una caja que estaba fuera de su sitio y casi me rompo la crisma. Estaba abierta y a su lado, caídos en el suelo, había dos collares de perlas de colores y un antifaz muy elegante decorado con unas preciosas plumas verdes jade. Los que me compré cuando el Mardi Gras, en mi estancia en Nueva Orleans. Y los zapatos de tacón se encontraban tirados fuera de la bolsa donde estaba segura de haberlos guardado la última vez. Los sillones y las sillas se encontraban situados en una disposición muy especial, en semicírculo, alrededor de un imaginario escenario, ahora vacío y lleno de polvo. “O mis gatos los han movido en sus correrías, o yo misma los dejé así la última vez”…pensé. “Qué raro”…

Bajé de nuevo al salón y un extraño impulso hizo que me dirigiera directamente a coger un CD que ya no recordaba que tenía: “Marva Wright”, y lo puse, con la misma hipnótica fascinación con la que me fumaba otro cigarro. Entonces, una voz potente, sensual, melancólica invadió inmediatamente el salón y la casa entera. Una mujer cantando un blues sureño. Un saxo triste. La mujer, una artista negra de Nueva Orleans, cantaba a su tierra querida donde dejó a su amor, Diego, desde un lejano lugar del mundo del que ya no pudo regresar. Ese CD, entonces lo recordé, lo había comprado algunos años antes, en un antro perdido de una calle llamada Bourbon Street, donde una mujer de color había cantado esa noche la canción de amor más bonita que había escuchado nunca…

De pronto, me acordé de la voz que había oido la noche anterior desde la cama…del antifaz de plumas verdes, de las cajas abiertas, de los zapatos tirados, del nombre del cartel de la puerta…de los sillones puestos en semcírculo, y de cómo mis gatos son lo suficientemente hábiles para cazar un gorrión, pero incapaces de mover cuatro sillones de veinte kilos de peso y de abrir un candado de la marca "genii" último modelo.
Y como si me despertara súbitamente de un sueño profundo y presa de un repentino presentimiento, subí apresuradamente al desván, recogí todas las cosas que estaban fuera de su sitio, hice salir a mis gatos y tras echar una mirada al interior, cerré la puerta con el candado. Tuve el impulso de quitar el cartel con el nombre que estaba pegado en la puerta, pero algo parecido a un sentimiento de profanación me aconsejó que no lo hiciera.
Guardé las plumas en un cajón del salón y apagué la musica.

Durante todo aquél día me estuve repitiendo incesantemente:
“Mis gatos son muy revoltosos. Muy revoltosos. Muy revoltosos”.
“Y los fantasmas no existen. No existen. NO EXISTEN”.

Todavía hoy, sigue pegado el cartel de “Diego” en la puerta de mi desván. Quien venga a mi casa, podrá verlo.
Y mis vecinas siguen poniendo los últimos éxitos de los 40 principales.

Pero aún, de tanto en cuanto, me parece escuchar en el silencio de la noche, sonidos que proceden del desván, como pasos afilados, pasos de tacones, y muy queda,si escuchas bien, se puede oir la voz triste de una mujer que canta.

La puerta del desván, ni que decir tiene, sigue cerrada con candado a cal y canto.

Y yo....yo sigo intentando creer que los fastamas no existen.





Foto primera: obtenida de flickr: http://www.flickr.com/photos/panex/2287813399/

viernes, 3 de abril de 2009

EL HIMNO DEL ANESTESISTA

Sí, ya sé lo que se cuenta de nosotros....Esos extraños seres que pululan por el quirófano haciendo exactamente no se sabe qué.

Hay quien me ha llegado a preguntar si para ser anestesiologo había que estudiar medicina.

Bueno...mejor nos lo tomamos a risa, qué le vamos a hacer.

Un poco de humor después de los ultimos post no nos viene nada mal.

Una colega me envió esto hace unas semanas.






Yo tengo unos días libres ahora y necesito reponerme urgentemente.

Tanto sudoku y tanto café me tienen... agotada.