meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso: ALGO HUELE A PODRIDO EN DINAMARCA

jueves, 16 de octubre de 2008

ALGO HUELE A PODRIDO EN DINAMARCA


El otro días prometí contarles qué tal fue la obra de teatro que les comenté. Desde entonces ha habido otras, pero sin pena ni gloria, así que me quedo con esta.

Se trataba de "Hamlet, por poner un ejemplo", cuyo grupo
LA FACTORIA representó en un centro cultural de madrid.


Ya estuvieron aquí, en el Teatro Galileo en mayo y también los ví. Y puede que vuelvan a estar, no estoy segura, pero pueden cotillear su página web y tal vez lo anuncien.



Qué buen teatro se puede hacer con tan poco.


Bueno, ejemm, me desdigo de mis palabras. Era mucho lo que ofrecían: texto fresco y original de Mariano Llorente, un elenco interpretativo impecable, un diseño de luces sugerente, y 4 elementos escenográficos (a eso me refería con "tan poco"), pero tan precisos y simbólicos.



Sumergida en una estética "hamletiana" y con personajes por todos reconocidos, la trama es la critica de un mundo que, con sus pasiones, con su sed de poder, sus injusticias y sus horrores, sigue siendo el mismo que hace cuatrocientos años.



Las referencias a la inmigración, el terrorismo, el consumismo compulsivo, el calentamiento global o la memoria histórica son solo unos de los muchos temas por los que el autor pasa, no de puntillas, sino a fuerza de mojarse e incluso con el riesgo de no ser aceptado o criticado por algunos. Bueno, mejor así. El teatro no ha de ser condescendiente. Ni políticamente correcto.

O eso es lo que creo.

El drama se mezcla con el humor más ácido. Las cosas más terribles pueden ser dichas bajo la irónica capa de un humor negro, o un humor absurdo, haciendolas más habitables y transmisibles, pero no por ello menos intensas.


Los actores logran transmitir lo que se quiere. Las interpretaciones son espléndidas, las palabras se hilan a tal velocidad en ocasiones, sin un puñetero error y las voces tan claras y la pronunciación tan nítida, que uno por fin, respira satisfecho. El dominio interpretativo de lo que se quiere transmitir es conseguido a la perfección. Los actores dominan. Al público solo le queda rendirse, y disfrutar. (Dios, parece que acabo de describir una escena sado-maso entre el amo y la esclava. Ven? Hablando de todo un poco...el sexo está en todas partes...no solo en los pantalones...).


Se tiene, en fin, esa sensación de que "aquí se sabe lo que se hace".

Buen teatro en Madrid. Que no es poco, dadas como están las cosas.

Disfrutenla, si pueden.





Imágenes del cartel y fotos: http://www.factoriateatro.com/

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabes que las adaptaciones "modernas" de las obras "clásicas" me producen un escalofrío en el espinazo. Pero te daré crédito.

A.M. Valero Lite dijo...

Tú dame crédito. Cuándo he mentido yo en cuestiones teatrales? No es una adaptación al uso. Vamos, que no es una adaptación para nada.
Es tomar como base una ambientación ya creada para decir cosas, muchas cosas, que están muy al día.
Pero también es cierto que para gustos están los colores.

Besos.

Turulato dijo...

Apoyo a Oshi. Es dificilísimo reinterpretar al autor, porque es dudoso que sepamos lo que quiso decir.
No hay mayor error que repensar con la mentalidad y los hechos de hoy lo que sucedió y se quiso decir ayer.

No dudo que las alabanzas que dedicas a la representación sean merecidas. Solo pongo en duda que se haya representado Hamlet -ya desde el título- y pienso que si yo estuviese en la piel de Mariano Llorente sentiría pavor a trabajar un texto del Bardo de Avon.