meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso

lunes, 13 de octubre de 2008




Hoy he sido consciente de una cosa, obvia, por otra parte: los animales no se tienen que comprar ropa!
Ni zapatos, ni camisas, ni abrigos para el invierno, ni bragas, sujetadores, faldas, pantalones....están siempre tan espléndidos!!
No tienen problemas de tallas, de diferenciación de clase alguna por la vestimenta utilizada, de apuros de fin de mes, de consumismo compulsivo, de montones ingentes de ropa por planchar, o de inoportunas carreras de última hora en las medias.
Se libran igualmente de una de las industrias más lucrativas que existen. Ellos no saben nada de zaras, mangos, chaneles, givenchis, valentinos, ni de todo el dinero que mueven...y a dios gracias.


El ser humano es el único animal que tiene que vestirse para poder sobrevivir.

Por un lado, somos tan débiles que no podríamos pasar ni un mes sin esa parafernalia de telas, cueros, algodones, linos, poliesters, gasas varias...y por otro, la sola idea de vernos entre nosotros como dios nos trajo al mundo haría tambalear los cimientos de la bienpensante sociedad humana.
Bien es cierto que algunos colectivos defienden el nudismo como filosofía de vida, pero se trata de un snobismo, o un lujo, si quieren que lo diga de otro modo, porque la realidad es que esos grupos sólo serían capaces de vivir en ciertos lugares de la tierra, y solo en determinados meses del año. Así que tampoco me vale.


Además, lo de tener que ver sí o sí determinados cuerpos informes y llenos de carne colgante no me hace maldita la gracia; e incluso los cuerpos perfectos y deseables están mejor vestiditos que con todas sus partes nobles al aire. No me consideren una ñoña, por favor, que no lo soy. Pero me encanta poder permitirme la libertad de elegir. De elegir a quien quiero ver vestido o desnudo y de cuando quiero verlo. La libertad de poder fantasear. La libertad de no tener ganas. O de tenerlas. En fin...ya me entienden.


Sé que doto a este tema de una considerable connotación sexual, cosa que me echarían en cara los defensores acérrimos del “naturalismo”, o del nudismo...pero qué le vamos a hacer. Para mí un cuerpo desnudo, suele tener dicha connotación (excepto cuando estoy en el hospital, que entonces mi cabeza está en otros bien diferentes menesteres y mi preocupación es más bien que mi paciente no me de un susto).


Y así las cosas, de acuerdo, aceptaremos una más de las debilidades del ser humano. Tener que vestirse. Que en ocasiones se convierte en un placer, para qué negarlo.
Pero no es el caso cuando el par de zapatos (caríiiisimos) que te has comprado te oprimen más de lo que debieran y no terminas de saber si es tu indecisión infinita la que te oprime, o los eurazos que te han costado lo que te lo provocan, o es que tu pie es extrañamente grande, o que hoy no es tu día.


Y cuando llegas a casa y ves a tus gatos tan guapos y tan campantes, sin más vestimenta que sus pieles suaves y brillantes, te preguntas: por qué demonios vosotros estais tan estupendos con tan poco??

Y entonces ves una más de las ridículas limitaciones del ser humano y con el dolor de pies encima solo te queda el consuelo de escribir en tu blog.












Imagen de la gatita: je,je,je...pues mía!

1 comentario:

Turulato dijo...

Voy leyendo hacia atrás.. Ya he paladeado varias cosas; en este artículo, una buena dosis de sentido común, junto a ausencia expositiva de evolución histórica. Aunque reconozco que el asunto tiene múltiples enfoques y nuestros artículos en los blogs dan para lo que dan. Así que dejémoslo..

Por cierto, ¿sabes que los gatos están bastante ricos al ajillo?.