Cuánto tiempo...Cuántas palabras...Cuántas ausencias...
Corría allá por el año 2014 cuando escribí los 2 últimos post de este blog. Las cosas eran diferentes por entonces.
Con un hijo ya en este mundo que hizo cambiar los cimientos del mío, todavía había un padre, una madre, un tío...
Pero desde entonces hasta aquí las energías o los espíritus, las almas, como quiera llamárseles, se han movido, han transmutado de dimensión, han cambiado, se han ido de lo visible, y por otro lado, ya nunca se marcharán.
Están, más que nunca dentro de mí.
No estoy triste. Estoy entregada.
Creo.
Hoy ha sido el día. Podía haber sido ayer, mañana, hace 1 año, o dentro de 3 meses.
Pero no sé por qué ha sido hoy y ha sido ahora. He pensado reiteradamente cambiar de blog, hacer uno nuevo, empezar de cero, reinventarme.
Pero finalmente esto es lo que yo soy. Lo que fui es parte de mí. Viene conmigo.
Así que por ello, me quedo aquí.
En parte se lo debo a Luis. El me dijo una vez algo que me animó mucho a seguir escribiendo. El ya no está. Quiero decir, que ya no puedo llamarle y conversar con él acerca de cualquier tema, pedirle un consejo, brindar con él...pero sin embargo está más que nunca y para siempre.
El escribía. Y sobre todo leía. Nunca conocí lector tan voraz.
Se le quedaron muchas historias pendientes. Las que él escribía, las que se inventaba. Tenía muchas en su cabeza. Me inspiraba. Me ilusionaba.
Y yo, que hace tiempo que me aparté, un poco involuntariamente, de todo este mundo "paralelo", vuelvo así, como hija pródiga, a la aventura.
Ahora que más trabajo tengo y que más ocupada estoy, sí. Y precisamente por eso. Porque lo necesito para respirar, para equilibrar, para completar.
Así que ahí vamos.
Y que sea lo que Dios quiera.
Luis, va por ti.
Imagen: https://www.lds.org/bc/content/shared/content/images/magazines/liahona/2015/12/woman-suitcase_1605027_inl.jpg
No hay comentarios:
Publicar un comentario