meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso: CUANDO EL SER HUMANO SE VUELVE IRRACIONAL

lunes, 8 de septiembre de 2008

CUANDO EL SER HUMANO SE VUELVE IRRACIONAL

"Duelo a garrotazos". Goya. Museo del Prado. Madrid.

La música de mis "queridas" vecinas de enfrente me penetra el cerebro cada día, a cada hora, me atornilla las ideas, me impide cualquier otro espacio para el pensamiento, y yo quiero cortarme las venas. Tener la música a todo volumen con la radio colocada en el pretil de una ventana abierta, para tortura y desesperación de todas las casas del patio, es estar en posesión una inquina exacerbada o de algún tipo de enfermedad mental. Madre e hija adulta, como si de dos personajes de película de Hitchcock se tratara, se asoman a las ventanas descorriendo levemente las cortinas y se dedican a no sé qué extraño afán de espionaje subrepticio de los eventos que ocurren en las otras casas y en las ventanas de los hostales que dan a este mismo patio. A dar golpes en las paredes de mi otra vecina vecina (ésta, normal). A obligar a toda la comunidad a estar escuchando kiss FM o alguna otra basura similar todo el día, y eso cuando la sintonizan bien, porque sospecho que la dejan encendida mientras se van a trabajar o a comprar y hay ocasiones en que se la dejan desintonizada y más que música, son ruidos insoportables lo que se oyen...
Tienen los timbres de su casa desconectados y una no sabe cómo demonios hacer para ponerse en contacto con ellas y pedirles, de forma razonable (aunque para eso hay que haberse tomado un valium previamente) que se comporten.
Todos lo sufren. Ya se lo han dicho. Y estas señoras(señoras?)se pasan la opinión del personal por la cruz del pantalón, en un alarde de absoluto desprecio a la comunidad social en la que viven, a los ruegos, a las quejas, incluso al hecho de que están comenzando a afectar a los negocios de los otros inquilinos que son propietarios de hostales en este mismo edificio. Es más, da la sensación de que lo hacen para eso: para causar todo el malestar posible. Y todo por una "guerra de vecinos", por extraños enfrentamientos entre varios de ellos en el pasado, y por unos absurdos deseos de venganza. Los huespedes de dichos hostales empiezan a marcharse al poco de llegar, más de un vecino ha optado por comprarse un aparato de refrigeracíón (a ser posible ruidoso) para el verano para no tener que soportar el estío con las ventanas abiertas, y la que esto suscribe anda desesperada tras las duras jornadas de trabajo y guardias, porque ya no encuentra el ansiado descanso ni la posibilidad de relajarse en su propia casa, que en vez del monasterio que siempre pareció, ahora se asemeja a una discoteca non-stop. Y no sabe si tirarse al tren o al maquinista...o darse a la bebida, o comenzar a probar alguna de las drogas que nunca probó, así se mete en ambiente...

Y una se da cuenta de que desgraciadamente, el ser humano tiene también esa parte oscura, cruel e irracional, de desprecio infinito AL OTRO, que no solo es la base del malestar de una comunidad de vecinos, sino que si la extrapolas a terrenos más amplios, a situaciones más extremas, la sazonas con situaciones de pobreza, de tensión, de desesperanza y una fuerte convicción de que ya no hay nada que perder, se convierte en la misma, absolutamente la misma base que ha llevado al hombre a atentar contra el hombre por absurdos recelos, odios, venganzas y miedos y deseos de poder y que tiene, desgraciadamente, demasiados nombres propios: Ruanda, Yugoslavia, Palestina, Armenia, Argentina, España....
¿Les parece exagerada la asociación de ideas? A mí, sin embargo, me parece, que la esencia, salvando las distancias, es la misma.