meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso: diciembre 2008

miércoles, 31 de diciembre de 2008

31 DE DICIEMBRE.


Es extraño que yo, aborreciendo como lo hago las fiestas “oficializadas” del calendario, tenga una curiosa simpatía por esta fecha.

Desde hace años guardo una relación bastante especial con la noche del 31 de diciembre. Es un momento que me reservo para mí, mientras me viene a la mente todo lo que me ha pasado durante el año, pero siempre, con una extraña sensación de calma en el alma.

Hoy, vuelvo a repasar mentalmente, con cierta melancolía plácida, mucho de lo transcurrido en este 2008:
Una apendicitis aguda, la visión de un quirófano “desde el otro lado”. Mi sonrisa justo antes de quedarme dormida mientras entregaba confiada mi cuerpo a otras manos. El miedo. La gratitud. Y una cicatriz perenne en mi vientre.
Los amigos que lo siguen siendo, y los que creí que lo eran.
Los días malditos, los hombros caídos, la dificultad de andar.
Los momentos de gloria. La sonrisa en mi boca y la luz en la mirada. Los días de vino y rosas. Los malos tiempos. Malas comidas, mucho tabaco, demasiadas guardias.Demasiadas ausencias.Una neumonía. La mujer que me cuidó como solo una madre sabe hacerlo. Mis múltiples firmes decisiones de dejar de fumar que nunca cumplí. Mi buena salud, a pesar de todo.
La desaparición de mi familia teatral. Una obra que nunca se llevó a cabo. Muchos días de ensayos. Un escenario vacío. Mucho esfuerzo. Demasiada ilusión.
La aceptación de la facilidad con que algunas personas pueden romper los vínculos. La decepción. El dolor. El cansancio de vivir.
Formentera. Su sol. El silencio entre las sabinas y ese mar que ya se ha quedado grabado en mi memoria a fuerza de atardeceres.
El amigo que se fue. Mi ultimo encuentro con él. Aquél batido de fresa, aquella conversación despreocupada. Madrid, una tarde cualquiera. La muerte, tan irónica.
La llegada al mundo de Carmen. Sus ojitos. Su sonrisa. La soledad. Las ganas de ser amada. Los besos que me dieron. Los besos que no me dieron.
Lo que cuesta hacerse mujer. Las lágrimas. La ternura. La guerra interior. La paz interior. Mis gatitos. Un blog...
Y algún poema.



Un año intenso.


Algo más que esto: la vida.
Algo menos que esto: la vida.


Y tanto por llegar. Siempre, tanto por llegar.




Feliz 2009 a todos.

lunes, 29 de diciembre de 2008

HOY TOCA VIVIR

Hoy al salir de la guardia me he dejado las llaves de mi casa en la cerradura de mi taquilla en el hospital. Mañana vuelvo de guardia. Otras 24 horas viendo dramas humanos y horas interminables en los quirófanos. Sin parar.

Hombre de 70 años reintervenido 3 veces de urgencia en 7 días por complicaciones quirúrgicas y un cancer gástrico que está ganando la batalla a la ciencia, al amor de su familia y al empeño de todos. Una hija que pierde los estribos, que nos grita, que se encara, que nos demanda que su padre viva. La rabia. La impotencia. Me gustaría gritar con ella. Prometerle que esta vez todo va a salir bien. Pero no puedo. La rabia. La impotencia también son nuestras.
Sin embargo, me limito a a relatarle las posibles complicaciones anestésicas de una operación tan delicada. La miro a los ojos: "Haremos lo que podamos. Le llevamos al quirófano en 5 minutos".
Maldigo mientras voy hacia el quirófano. Mierda, mierda, mierda!!!
Buenos cirujanos, un buen hospital, la tecnología más avanzada. Y la vida que se nos escapa entre los dedos.
Algunas veces, sale bien. Sí. Muchas veces sale bien. Algunas veces sale una de la guardia con una sensación de alivio por la certeza de que esto merece la pena. De que funciona.
Otras, con el eco de las palabras de rabia de una hija retumbando en los oidos. La constatación de que no siempre podemos. La impotencia en los bolsillos del pijama, junto al fonendo y al vademecum. El cansancio físico. Las ojeras.
La cabeza tan llena, que te dejas las llaves de tu casa en la taquilla del hospital. Y un trozo de piel en las paredes del quirófano.
A lo mejor es que no quiero irme. A lo mejor es que no quiero llegar.

No sé por qué me ha afectado tanto esa mujer. Si a menudo vemos casos así...
Mi casero me salva la vida. Tiene otras llaves. No soportaría volver al hospital a recogerlas hoy. Me las guardan.

Mañana vuelvo. 24 horas más entre esas paredes.
Hoy toca recuperarse, comprar comida, arreglar la casa. No creo que tenga fuerzas físicas mas que para lo primero. Puede parecer poco apasionante. Pero es simplemente, que hoy toca seguir viviendo. Hoy toca la vida!

Entonces, por qué lloras por lo que no tienes, por lo que echas tanto de menos...
De qué te quejas penélope...de qué te quejas. Si hoy te ha tocado de nuevo la lotería.

Si hoy...Hoy a tí, te ha tocado la vida.
Que la disfrutes.

domingo, 21 de diciembre de 2008

UNA MIRADA NUEVA





Las lucecitas inundan las calles de Madrid con absurdos mensajes de bajo consumo. Sol está intransitable, y hordas humana ponen en peligro la integridad física de aquellos que no se resignan quedarse en sus casas bajo una manta. El frío atiere los dedos y a veces, el alma y los virus campan a sus anchas instalándose en narices y pulmones, mientras aumenta la venta de naranjas, limones, jalea real y sueños, y disminuye sospechosamente el porcentaje de seres mezquinos y malas intenciones.

La tele nos acribilla con anuncios de perfumes caros y muñecas escatológicas que piden hacer sus necesidades. El Corte Inglés se ha vestido de fiesta y nos embauca con millones de objetos "necesarios" para estos días. Y Zara está a las puertas de sus mejores rebajas del año.

Los centros de belleza trabajan un 20% más intensamente que el resto del año, para aumentar en un 20% la ilusión de juventud y el brillo y hacer así un buen conjunto con las bolas del abeto del salón.

Los restaurantes se frotan las manos, y los mendigos se frotan la tripa. La alegría se vende en las esquinas, junto a los boletos de lotería, y la tristeza por los que no están se tiene que esconder en los cajones.

Los niños aprenden villancicos y que jesús es una figurita de barro que hay que poner en el salón, junto a la mula, mientras esclavizan a los padres de todo el mundo, condenandoles a conseguir, como sea, el juego de play station último modelo, o dejarán de creer en Santa Claus y los Reyes Magos.

Se habla de la crisis por todas partes y se intenta conseguir, a la desesperada, la forma de regalar algo barato y a poder ser, inservible.

Y todo el mundo anda como estresado, porque no sabe cómo ser feliz, ahora que es más políticamente correcto que nunca.




Debe ser que es Navidad.



Pero este año tengo una pequeña razón que ha hecho que, por primera vez desde hace mucho tiempo, me sienta con ganas de no estar tan fuera del mundo durante estos días.


Se llama Carmen y tiene 72 días.


Y su mirada, toda la ternura del mundo.












Feliz Navidad a todos.




viernes, 19 de diciembre de 2008

AQUELLOS AÑOS...


Algo ha cambiado desde que llegué aquí...Algo tan imperceptible como real... quizá sea yo y los 11 años transcurridos desde que aterricé en Madrid, con mis maletas llenas de hambre de felicidad e ingenuidad veinteañera, a partes iguales. ¿Dónde se quedaron aquellos días, en los que todo era posible, dónde salvábamos el mundo con una canción y un poema, y el tiempo no importaba nada? Un chico sentado en una terraza...un libro en su mano...una mirada...una historia en mi cabeza...y empieza el milagro. Madrid era el cobijo de mis fantasías de juventud, el lugar donde todo podía pasar, donde los reyes se daban la mano con los mendigos y la vida era contada a ritmo de chato y poesía hasta el amanecer, donde recitar a los clásicos nunca fue un snobismo sino algo tan natural como el respirar, donde un paseo por el Madrid que relató Galdós podía curar una tarde melancólica, y hasta una pena de amores...Lugar de encuentro de insomnes y artistas, de poetas y contadores de historias, de vividores y soñadores...cuando antes, soñar, o vivir...no costaba tan caro....Es el 2000...Un chico canta en el metro, es de papás bien, pero decide coger su flauta travesera y dejarse llevar por su impulso, no sabe qué quiere, ni donde lo quiere, pero lo está descubriendo así, al modo “Madrid”, al modo de las cosas locas, extravagantes y bohemias.
Ahora en el metro está un hombre que toca un bolero triste con su caja de música eléctrica...y ya nadie se para a escucharle. Es su trabajo, no una aventura. Son cinco hijos y un camastro duro cuando vuelva a casa.
Ahora no queda tiempo para soñar. Te empujan por la calle. Te empujan en los bares. Te empujan en el en el trabajo. Intercambiar dos palabras sinceras con alguien se ha convertido en el pequeño milagro del día. Han cambiado las calles el sonido a emoción y sueños por realizar, y ahora suenan a bachata, a ruido de cloaca y a claxon impaciente. La soledad aumenta con la misma rapidez que el número de personas que puebla esta ciudad. Madrid ya no es el Madrid que yo amé. La aventura ahora ya no es soñar, es sobrevivir. Me he dado cuenta, de que vivo en una jungla. ¿¿Es Madrid quién me ha dejado o soy yo, que por fin, he abierto los ojos??

A veces sigo buscando lo que quería encontrar cuando llegué aquí. Pero solo lo encuentro a duras penas. O quizá me lo imagino.
Para no reconocer que ha cambiado. Que he cambiado.

Para no marcharme...todavía.


miércoles, 17 de diciembre de 2008

EL DESTINO DE UN BLOG


Desde que empecé este blog (otra de las pequeñas y poco arriesgadas locurillas de mi vida, y animada por un amigo) me pregunto qué significado tiene si es que tiene alguno.
Soy paradójica desde que nací: me gustan las cosas porque sí, pero a la vez me siento tremendamente práctica. Las cosas creo que han de servir para algo, pero a la vez hacer algo solo por el deseo de hacerlo es uno de los placeres de la vida.
En fin, no sé.

La cuestión es que me pregunto que hay millones de personas en el mundo que han abierto un blog. Algunos son realmente fascinantes, y se aprenden cosas. Otros son muy informativos, y exponen opiniones diferentes a las que se oyen y se perciben en los grandes medios de comunicación. Otros son pequeñas joyas literarias, y otros son simples medios que sus autores usan para expiar algún mal trago vivido y los usan como una especie de terapia. Otros, realmente, no dicen nada. Algunos, quizá simplemente lo hacen por aburrimiento vital.
Veo que muchos de ellos no son actualizados desde hace meses, o incluso años.

Pero ahí están. Como una huella de lo que algún día fueron. Como fantasmas errantes en una bloggosfera ingrávida donde permanecen flotando a la deriva sin destino alguno.
Yo me pregunto: ¿qué será dentro de unos años, de muchos años, cuando volvamos a mirar nuestro blog si es que todo esto de internet no se ha ido al carajo, y veamos lo que escribíamos cuando teníamos treinta años?? ¿Nos moriremos de vergüenza? ¿Nos sentiremos melancólicos? ¿Tendremos un nuevo arrebato de retomarlo otra vez?

Porque...¿cuánto tiempo se puede estar escribiendo un blog?

Y cuando lo dejemos....¿qué pasará realmente con él? ¿Nos atreveremos a pulsar la tecla “eliminación” y borrar de un solo botonazo tantas cosas escritas? ¿Se puede guardar un blog como se guarda un libro o un diario, en un cajón, hasta que un día nuestros hijos lo encuentren y sepan más cosas de nosotros?

Los suspiros son aire y van al aire...ya saben... Pero dime, bloggero, cuando un blog se olvida....Sabes tú adonde va??....

martes, 16 de diciembre de 2008




Abrir las puertas de un reino exangüe es difícil.
Caen los muertos por las esquinas.
La sangre seca se pega por todas partes
y es muy cansado blandir
la espada hasta el amanecer.
Un poquito de tregua, no me vendría mal.
Dejar de luchar todo el tiempo
dejar esta armadura que araña
la piel de tanto llevarla.
Abrir las puertas de un reino
amurallado durante años
es un peligro.
Corres el riesgo de que entre un bárbaro
y te diga:
te quiero.




miércoles, 10 de diciembre de 2008

SI GRAY* LEVANTARA LA CABEZA



Andaba yo ayer de guardia en mi queridisima segunda casa, magullado el cuerpo y la mente y con la falta de sueño a cuestas, que como dicen en mi pueblo "no hay guardia buena", cuando, en uno de los escasos ratos libres, ya al final del día, pudimos abandonarnos en el sofá de nuestro cuartito privado y estirar, por fin, las piernas (aun quedaba la noche). Y, como seres monográficos que somos (los médicos, quiero decir), no se nos ocurre otra cosa que ponernos a ver "Anatomía de Grey".


La verdad es que yo no soy muy asidua de series de médicos, pero nos enganchamos desde el primer minuto al capítulo llamado "Código negro".


El hospital estaba tomado por los geos debido a la existencia de un explosivo que se había quedado impactado en el estómago de un paciente y la cosa era que podía estallar en cualquier momento. El desenfreno era sublime. La organización, perfecta. Los geos, guapísimos (ese kyle chandleeeeeer!!)


Ahí estaba una crecidita Cristina Ricci tapando con su mano la herida bajo la cual yacía dicho artefacto, temblando de miedo y a puntito de una crisis de ansiedad porque si levantaba la mano se podían ir todos al mismo infierno. A su lado, (POR FIN!!), hace presencia, por vez primera en la serie (y sin que sirva de precedente) la figura de un... anestesista!!, esos seres habitualmente invisibles y supuestamente inservibles, que las pocas veces que salen en las películas, de refilón, están como pasmados en un rincón del quirófano haciendo, digamos...nada. Este señor, el anestesista, al contrario que todo el resto del elenco, es feo, viejo, y, finalmente, un cobardón que deja solos al moribundo paciente y a la aterrada chica, soltandole el ambú y allí se las apañen, mientras él se larga de la forma más vil posible. En nuestro orgullo herido, no pudimos sino soltar una buena carcajada, acostumbrados como estamos a que nuestra especialidad apenas sea conocida, pero de ahí a ser caracterizados como los fulanos cuyo trabajo no vale un pimiento morrón y los más despreocupados de la vida del paciente... Que ensañamiento, compadre.


En fin, mientras tanto, Izzie y Alex deciden que tienen las hormonas revueltas por lo tenso de la situación y se lían a lo bestia en uno de los cuartos de residentes (vamos, lo habitual cuando uno se estressa en una guardia).


Miranda está a punto de parir y monta un numerito, con 9 centimetros de dilatación, diciendo que se quiere ir a su casa (pero a esta no la llaman la atención ni le ponen la epidural, JA! no te lo crees ni tú).


Derek desoye los mandatos de abandonar el hospital y sigue operando a su paciente él solito (repito: él solito, machoteeeee!)


Meredith y Cristina, impecables y glamourosas a pesar de llevar todo el día de guardia, juegan a ser heroes y acuden al grito deseperado de la pobre chica que ha sido abandonada por el malévolo anestesista. (Chicas, sois mis heroínas).



Y entre amenazas de bomba y evacuación a lo McGyver: geos por todas partes, comportamientos heroicos, chalecos antiexplosivos, confesiones amorosas, lágrimas varias y explosión final (vamos, el día a día de un hospital).


¿Cómo quieren que vea series de médicos si cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia o un amago febril del guionista, que digo yo quién asesorará a estos señores para escribir los guiones?


Los médicos están todos buenorrísimos, la vida del residente es apasionante y novelesca, las guardias lugares de lujuria y desenfreno, los casos clínicos son extremos y disparatados, el hospital un hotel de cinco estrellas, los cirujanos perfectos adonis heroes patrios, y los anestesistas... simplemente, no existen.


Pero vamos, salvando estos detalles, la serie es creíble.
Y la banda sonora está bien.
Pero que muy bien.




*Henry Gray: anatomopatógo inglés nacido en 1825 que publicó el famoso tratado "Henry Gray's Anatomy of the human body" , el libro de Anatomía más famoso, de obligada consulta para los estudiantes de Medicina de todo el mundo. Ver artículo de "el mundo": "la otra anatomía de Gray".

lunes, 8 de diciembre de 2008

LA REVOLUCION SEXUAL




Corrían los años 60 cuando se produjo el movimiento más romántico, revolucionario y libertario que a priori había dado la historia hasta el momento. Su lema "haz el amor y no la guerra", y otros como "paz y amor" le siguieron, describiendo así el espíritu proguesista y pacífico de una generación harta de dogmas, dictaduras y conflictos bélicos.

Paralela e íntimamente unido a este movimiento, tuvo lugar el comienzo de la llamada "revolución sexual", que partió sobre todo de un país de costumbres puritanas hasta la médula, extendiendose como la pólvora a todo el orbe, abriendose así un nuevo mundo de posiblidades, encuentros no marcados por la moralidad y culpas e inhibiciones lanzadas al baul de las cosas inútiles y obsoletas. Se pasó del blanco al negro sin un verdadero proceso de preparación interior y resultó ser una explosión de desahogo y liberación, en parte beneficiosa por lo que de liberador supuso y por la ruptura que significó con las rígidas normas morales que imperaban en ese momento, pero en parte desorientadora y generadora de muchas ansiedades y vacíos afectivos.
Y lo que comenzó siendo un sano rechazo a un pensamiento rígido, antinatural, generador de conflictos y traumas, ha devenido en otro pensamiento, no menos rígido y no menos generador de otro tipo de conflictos.

Los encuentros sexuales en la actualidad parecen carecer de importancia alguna, es mercancía barata, que se desea AHORA y se satisface YA, y en la mayoría de las ocasiones se les ha desprovisto del valor más allá del mero contacto satisfactorio entre dos cuerpos para alimentar un momentaneo deseo sexual. Muchos encuentros livianos, para no caer en la "pesada carga" de conocer al otro, de relacionarse de verdad.
La cultura del des-encuentro.

Pero oh la la, resulta que no todo el mundo está preparado para desvincular de forma tan perfecta un encuentro de este tipo del mundo de afectos que puede provocar, de las ganas y deseo de continuidad, y necesidad de una relación más profunda y en no pocas ocasiones lo que dejan despues de una noche de pasión es vacío y frustación. No todo el mundo tiene tan claro que a la mañana siguiente "lo de anoche no significó nada", ni se sienten libres y desahogados con un "ya nos llamamos" o "ya nos veremos".

Hay personas cuyo deseo va más allá del momentaneo contacto sexual, personas cuyo deseo principal es "encontrarse" en el más amplio sentido de la palabra con "el otro", y resulta que deciden obviar un encuentro casual, aunque lo deseen en ese momento, en pos de conseguir el verdadero deseo que les satisfaga de verdad. Pero según la demagogia barata imperante en la actualidad si una persona se abstiene de tener un encuentro sexual con otra, y máxime si reconoce que se siente atraida sexualmente por ella, frecuentemente se la calificará de "inhibida", "estrecha", "católica moralista", o simplemente "gilipollas" por desaprovechar la oportunidad. En más de una ocasion he escuchado a hombres de mi generación explicar de forma simple y clara la causa de que un hombre dejara bruscamente de llamar o de ver a una mujer: "¿Y cuantas veces dices que salisteis? - pues..unas seis - ¿Y no follasteis nunca? -Pues...no- Claro hija mía, por eso se largó!!!!" O a grupos de amigos que se asombran de que uno de ellos haya rechazado a la tía buena de turno que se le acerca con ganas de rollito, y se mofan de él sorprendidos: pero qué te pasa,chico, estás tonto, eres marica o qué?? (En este sentido esta famosa "libertad sexual" puede ser en ocasiones mucho más tiránica con los hombres que con las mujeres).

Y así las cosas, muchas mujeres y muchos hombres de hoy día se sienten culpables de no haber aprovechado el momento de tener sexo, cuando antes la culpabilidad procedía de haberlo mantenido. Porque pareciera que la "normalidad" es eso.

Y yo me pregunto: ¿dónde queda la libertad para decidir que no haces algo, te apetezca o no te apetezca, porque sabes que a la larga no te va a satisfacer?? Uno puede abstenerse de comer caramelos todo el día y fumar si su deseo es mantener la dentadura sana, y eso a nadie le parece raro.
¿Donde queda la famosa libertad para hacer lo que te de la gana sin que te tachen de tener poca libertad o de tener prejuicios? El prejuicio es aceptar que todo vale, que nada tiene importancia y que si no follas cuando tienes la oportunidad, básicamente eres un reprimido o un imbécil.

¿Es eso la libertad sexual?


domingo, 7 de diciembre de 2008

Yo creo que el eterno problema de hombres y mujeres es, básicamente, que no nos entendemos.


CAMBIOS

Bueno, en vista de que mis amigos casi se quedan ciegos de la impresión por el color rojo chillón por el que cambié mi blog y las multiples protestas recibidas, he decidido volver a las andadas. Hala...gris marengo o verde caqui devenido en desteñido, no sé.
Ha sido como una pequeña infidelidad...

viernes, 5 de diciembre de 2008

TEST: TUS SUEÑOS Y TUS REACCIONES

(Nota: en atención a patachunga turulato, he adaptado este test a hombres y mujeres)
Test gilipollas para saber cómo eres si sueñas lo siguiente:

¿Y si resulta que un buen día sueñas con una persona que conoces y en la que nunca habías pensado amorosamente y en el sueño sientes que te derrites por sus huesos? Con qué cara te levantas?
a) indiferente
b) acojonada/o
c) perpleja /o
d) curiosa/o
e) ilusionada/o



¿Y cuando le ves, casualmente, al dia siguiente y te da un vuelco el corazón...qué piensas?
a) vaya, me ha entrado una arritmia cardiaca
b) se me ha olvidado comprar la lotería
c) la estamos cagandooo...
d) dios mío, creo que me gusta
e) es el hombre/mujer de mi vida



¿Y si después de meditar en casa llegas a la conclusión de que te apetece verle otra vez, qué haces?
a) bajar a por otro paquete de tabaco
b) hacerte invisible
c) nada
d) comentarlo con el psicoanalista
e) hacerte la/el encontradizo/a con minifalda y tacones de aguja, o en su defecto pantalones de cuero ajustados y gafas de sol estilo "grease".



¿Y si resulta que crees que esa persona puede hacerte caso algun día...cómo actúas?
a) Me leo el último artículo del “Cardiology” sobre la relación entre tabaco y arritmias.
b) Me muero de miedo
c) Me digo que en la vida se fijará en mí y a otra cosa, mariposa
d) Intento establecer una conversación con él/ella para conocerle un poquito más
e) Cancelo todas mis otras citas y ya me imagino el viajecito que nos haremos a las bahamas




Resultados.
Si la mayoría de tus respuestas:

fueron a): Tía, tío, no te enteras de nada. Deja de fumar tanto, de pensar tanto en medicina y lee más a freud.

fueron b): Eso, eso! como las avestruces! Esconde la cabeza bajo la tierra, cobarde!!!

fueron c): Das por hecho cosas. Igual te equivocas. Así vamos mal, querida/o.

fueron d): Aiñññññ, los caminos de la mente son inescrutables...escuchalos, tantea el terreno y a ver que pasa. Igual te llevas una sorpresa!

fueron e):
Tú estás tonta/o, chica/o. Ni tanto ni tan calvo. Que una cosa es una cosa y otra cosa es un violín.

jueves, 4 de diciembre de 2008

EL HOMO TAXI


Tengo que reconocer que nunca me he llevado bien con los taxistas.


Los suelo percibir como seres extraños a los que no logro entender, generalmente malhumorados y mudos o excesivamente parlanchines, con una educación dudosa en la mayoría de los casos y obsesionados por ganar 5 centimos en su carrera aunque eso les suponga devolverte mil monedas si la carrera te cuesta 7 euros con 5 céntimos y tú les pagas con un billete de 20, mientras te maldicen porque se quedan sin cambios, antes que obviar los 5 centimos del ala.



Historias con estos seres tengo muchas, desde mi más tierna infancia, porque me gusta eso de tener chofer (siempre he tenido gustos de marquesa y que me traigan y me lleven): desde el que "se equivoca" y casualmente te lleva por el camino más largo, el que se enfada si el trayecto desde la estación de bus o de tren donde lo cojes no es larga (aunque tú vengas cargada como una mula de carga) y encima te echa la bronca, el que después de bajar la banderita te dice que él no sabe dónde está la dirección que le indicas y se queda tan pancho mientras a tí se te empieza a hinchar la yugular, el que empieza a criticar a cierto partido político sin ningún reparo de que quizá a tí te gusta ese partido y terminamos discutiendo, hasta el que te te para y te dice que bajes porque le dices que no era por ahí por donde le habías dicho que querías ir (ese, simplemente, debía tener un mal día).



En madrid a no sé quien, se le ha ocurrido poner una parada de taxis en la puerta de sol, justo en la acera contraria al reloj, que hace que aunque tengas mil taxis libres pasando en tu dirección, tú tengas que esperar a que el semáforo se ponga rojo, cruzar al otro lado, coger el taxi de la parada, dar la vuelta hacia tu dirección, con la pérdida de comodidad, tiempo y seguridad que eso supone. Pues bien: cuando los compañeros de la parada les están viendo, ninguno me para. Pero...si subo unos 50 metros más arriba y la perspectiva de los de la parada se pierde, CUALQUIER taxi me para (porque entonces, sus compañeros no les pueden echar la bronca). Vamos: que les trae al pairo que haya una parada cerca y la solidaridad con sus compañeros y tal y tal, lo que quieren es hacer la carrera pero que no les vean que están cogiendo un cliente tan cerca de la parada. ALUCINO.

Así que si ellos no se respetan, yo tampoco.

Hecha la ley, hecha la trampa.


Curiosamente, el otro día me cogió una mujer, y no es por que sea mujer, será casualidad, pero qué gozada de carrera. Una persona normal, amable, sonriente y de buenas maneras. Vamos, que le dejé propina y todo!! Y bueno, para ser fieles a la verdad, en otras 2 ocasiones de mi vida recuerdo sendas carreras con taxistas hombres también muy agradables. Debían ser las excepciones a la regla.


Será que yo no tengo el gen de "llevarme-bien-con-los-taxistas", o que en mi otra vida fueron mis más terribles enemigos.

Pero es que no puedo, no puedo...Hay cosas que no pueden ser y además son imposibles.

martes, 2 de diciembre de 2008

EL AMOR A LA VIDA

"Durante toda la noche oyó la tos del lobo enfermo y, de vez en cuando, el mugido de los jóvenes caribúes. La vida estaba allí, pero una vida fuerte, resistente y llena de salud. Sabía muy bien que el lobo enfermo seguía los pasos del hombre enfermo con la esperanza de que el hombre muriera primero.
Por la mañana, al abrir los ojos, advirtió la mirada ávida y hambrienta del lobo..."

Jack London, "El amor a la vida"


De los libros que se me quedaron prendidos en la memoria y en el corazón.

CAMBIOS

"Desear
que siga existiendo el mundo para que siga existiendo
toda la belleza del mundo
es una ingenuidad

a la que no renunciamos".

Jorge Riechmann



He cambiado los colores de mi blog.
Porque siempre me han gustado los cambios.
Y porque hoy me siento cálida, me siento roja, me siento arropada a pesar del frío helador que me rodea.
Si no hubiera épocas de frío...¿Cómo podríamos apreciar el calor?
¡Salud al invierno!