meta name='verify-v1' content='pwiMUB28RJ4hiCr1EXENhHkHqJz4luG0BcIKSmW7UJk=' /> penelope en el paraiso: agosto 2009

martes, 18 de agosto de 2009

LA ELEGANCIA DE MURIEL (O CÓMO SOBREVIVIR A UN BEST-SELLER)




DE UN PASILLO A LAS CALLES

"¿Qué guerra es esta que combatimos,
seguros de nuestra derrota?

Aurora tras aurora,
extenuados ya de todas las batallas que aún están por venir,
nos acompaña el espanto del día a día,
ese pasillo sin fin que, en las horas postreras,
será nuestro destino por haberlo recorrido tantas veces.

Sí, angel mío, así es el día a día: tedioso, vacío

y anegado en desdicha.

Las calles del infierno no le son en nada ajenas;
Uno acaba allí un buen día
por haber permanecido
en ese pasillo demasiado tiempo.

De un pasillo a las calles:
entonces
acomete la caída,
sin sacudidas ni sopresas.

Cada día
volvemos a experimentar la tristeza del pasillo
y, paso tras paso,
seguimos el camino de nuestra lúgubre condena.

¿Vió él las calles?
¿Cómo se nace después de haber caído?
¿Qué pupilas nuevas sobre ojos calcinados?
¿Dónde empieza la guerra y dónde cesa el combate?


Entonces, una camelia. "






Cada cual hace la crítica de un libro a su manera. Yo lo hago de ésta: con el apartado 14 del capítulo "Paloma" del libro "La elegancia del erizo". Me he permitido la licencia de darle estructura visual de verso, aunque el capítulo original está escrito en forma de prosa, con frases concatenadas y puntos y seguido. Y lo he hecho así porque así lo veía mientras lo leía.
Como un poema. Precioso, además.


Es cierto que tenía mis reticencias y resistencias a la lectura de este libro por haber sido un boom editorial y poseer un, siempre sospechoso, fenotipo de best-seller. Y ya saben mi fobia a estos ejemplares. Yo, que me quedé sin leer "La sombra del viento" o "El código Da Vinci"...


Pues bien, me decidí a comprarlo y me decidí a leerlo.


¿Me ha gustado? Sí, me ha gustado. A momentos, me ha emocionado. Aunque los personajes son, en ocasiones, y como le han criticado a la autora, personajes difícilmente creíbles, pedantes, excéntricos, yo me pregunto: por qué ese empeño en querer que todo sea como nos imaginamos que tiene que ser?


Para eso es una novela: para volar. Para escribir lo que te dé la gana, que para eso es tu novela, y para construir los personajes lo locos o excéntricos que te apetezca que sean. Porque puede ser que sí, que sea dificilmente imaginable una portera que sabe de filosofía, de música, de literatura y de cine (y todo eso a la vez) más que un catedrático de filosofía, un crítico de cine o un sesudo profesor de literatura (y todos ellos, a la vez), o una mocosilla entrañable de 12 años que habla de Kant, de Platón o de Ronsard como los simples mortales hablamos de ropas, del supermercado o de lo barato que me ha salido un billetito a dublín-fíjate-tú. Pero fuera de estas consideraciones, creo que son personajes bien construídos y consistentes, que es lo que se puede criticar a un escritor cuando adolece de ello.

La voz narrativa es en primera persona y en forma de diario doble y simultaneo, lo cual le confiere un aire intimista y aunque no se puede decir que sea original (grandes novelas fueron escritas en forma de diarios o cartas), sí se sale un poco de la estructura narrativa de las novelas actuales. Pero una siente también, en su fuero más interno (que en ocasiones peca de malpensante) si no será una argucia editorial pro-ventas planeada antes de ser escrita, el hecho de que los capítulos sean escuetos, cortos, proclives a ser leídos fácilmente en los asientos de un metro. Proporcionan al lector no asiduo a leer el alivio de la interrupción, la ilusión de la facilidad.

Con eso y con todo, tiende uno a leerlo de un tirón.

Eso sí, me parece fascinante que se pueda crear una novela éxito de ventas (y en general, cualquier novela) que transcurra en el (no tan siempre) simple marco de un edificio de viviendas. Todo ocurre en unos cuantos (bastantes si tenemos la consideración de que es un edificio de "ricos") metros cuadrados; pero sobre todo en la cabeza y en el corazón de las protagonistas. Y la cabeza, el corazón y el alma son los parajes más extensos que nos podamos imaginar, si se sabe explorarlos con interés

Reconozco que me priva su forma de escribir: está llena de ocurrencias afortunadas, giros ingeniosos, frases hiladas con precisión e imaginación, amenidad, ternura, y ascendencia. Y en ocasiones, poesía. Otras, sesudas reflexiones filósofo-psicoanalíticas, remakes siempre de libros ya escritos, de cosas ya dichas, y aun así, o por eso mismo, eternas. Uno tiene la sensación de ir "in crescendo" hasta que casi le falta el aire en el penúltimo capítulo.

Y hete aquí la caída. La traición (de la autora). La obstaculización de la consumación de la felicidad que todos esperamos. Un final así es perfectamente posible. Pero frustante. Creo que todos maldecimos un poquito a Muriel Burberry al llegar al capítulo final. Pero, finalmente, como digo, es su novela y puede hacer lo que quiera. Aunque ¿veo en este final (¿será envidia mezquina mis proximas palabras?) una incapacidad para cerrar con la misma tensión y belleza que ha logrado hasta este momento, una historia que se perfilaba de final sublime con violines y camelias quedandose en final que busca impactar a la manera de las pelis americanas??

Por cierto: en menos de 2 años de su publicación se ha comenzado a hacer una versión cinematográfica del libro. Tendrá qué ver?? ¿Tiene todo que ver con la rentabilidad? ¿O con la verdadera literatura?.


Hay por tanto, sentimientos encontrados tras leer "La elegancia del erizo". Algunos de ellos no soy capaz de descifrarlos todavía. Tengo la terrible sensación de que es un libro bello que ha sido "diseñado" para ser un éxito editorial.


A pesar de lo cual Muriel Barbery pasa el trago de forma muy elegante.






Imagen: foto de una camelia y del libro extraída de la red

martes, 11 de agosto de 2009

"INSOLACIÓN"

Pradera de San Isidro en el siglo XIX


35 graditos a la sombra, lo que significa unos cuantos más al sol. Desidia, astenia, anorexia, y me falta la vida por dios, me duelen todos los músculos de mi cuerpecito. Y eso que a mi me gustan los calores...pero esto...esto no es vida. Tumbada en mi sofá, me pierdo. Me pierdo entre las páginas de libros que se amontonan en la librería, quizá tan asténicos y agotados como yo.


A Asís Taboada, viuda de Andrade, le "agarra" una "insolación" cuando se va con Diego Pacheco a la pradera de San Isidro a festejar, bastante clandestinamente, la festividad del Santo. Lo que para nosotros es tan natural, salir una tarde con un chico que te gusta, tomar algo al aire libre, bromear, sonreir, disfrutar, sin que, necesariamente tenga que haber nada más, en el siglo XIX ,en el Madrid del siglo XIX es, casi, un pecado. La historia en sí, no tiene nada de especial ni de escabroso, excepto si miramos que tiene lugar en un país y en una época en los que se miraban con lupa las relaciones y en los que predominaba la hipocresía y una moral sexual hacia las mujeres, férrea, cerrada y condenatoria por naturaleza. La protagonista se siente culpabilísima de sentirse atraída por Pacheco y de disfrutar de quedar con él, pero a la vez no puede escapar al hechizo de ese don juan de pacotilla, un truhán, un pillo guapo, un perezoso, ignorante y sensual, en opinión del comandante Gabriel Pardo, otro de los personajes.


La "Insolación" a la que hace referencia el título del libro de Emilia Pardo Bazán no es sólo el conjunto de signos y síntomas físicos que sufre la viuda de Andrade tras su primera salida con el guapo gaditano, representa también simbólicamente, los escrúpulos, la culpabilidad, la ansiedad de una mujer que se siente juzgada por la sociedad y por sí misma.


La Pardo Bazán se atrevió a contarlo, y en cierto modo, a criticar esa moral de doble rasero que condenaba a una mujer que se atrevía a disfrutar de sus deseos y su sexualidad. (Y que enaltecía sin embargo al macho que así actuaba). Algo que todavía hoy sucede, aunque a una escala notablemente menor.


Sin embargo, el final me ha dejado trastornada. ¡¡¡El gaditano le pide casarse despues de su primera noche juntos!!! Perdón, pero no me lo creo. Claro que todo puede ser, pero un don juan como el Pacheco, tras 5 días de guerreras argucias masculinas para conseguirla...no sé. ¿¿Que era amor de verdad?? O yo soy mu desconfiada o la Pardo Bazán se cubrió las espaldas y escribió un final "dentro de la moralidad". Pelín decepcionante. Eso, se lo dejo a los entendidos.


Lo que me encanta de estas novelas y que es casi tan interesante (en este caso, para mí, más interesante) que la historia misma, es la deliciosa descripción de la sociedad de la época, en este caso la ciudad de Madrid en el siglo XIX, las costumbres, las formas de hablar, las vestimentas que llevaban, cómo celebraban las fiestas, qué comían, qué utensilios utilizaban, cómo eran las calles entonces, los transportes, cómo era esta ciudad y cómo se respiraba.


Qué lejos ha quedado la villa y corte de entonces y cómo me hubiera gustado conocerla!!. Si pudiera hacer realidad un deseo, siempre lo he pensado, uno sería sin dudarlo, un viaje en el tiempo. A la Edad Media y a mi adorado Madrid en varios de sus momentos históricos. (Los otros no se los cuento).


Mientras tanto...nos quedarán los libros. Y el calor.
El calor este que abrasa los sesos.


sábado, 8 de agosto de 2009

SER Y PARECER FUERTE PARA SOBREVIVIR


"...en el Lager sucede de otra manera: aquí, la lucha por la supervivencia no tiene remisión porque cada uno está desesperadamente, ferozmente solo. Si un tal Null Achtzehn vacila, no encontrará quien le eche una mano; encontrará más bien a alquien que le eche a un lado, porque nadie está interesado en que un "musulmán"* más se arrastre cada día al trabajo; y si alguno, mediante un prodigio de salvaje paciencia y astucia, encuantra una nueva combinación para escurrirse del trabajo más duro, un nuevo arte que le rente unos gramos más de pan, tratará de mantenerlo en secreto, y por ello será estimado y respetado, y le producirá un beneficio personal; será más fuerte, y será temido por ello, y quien es temido, es, ipso facto, un candidato a sobrevivir.

En la historia y en la vida, parece a veces discernirse una ley feroz que reza: "a quien tiene, le será dado; a quién no tiene, le será quitado". En el Lager, donde el hombre está solo y la lucha por la vida se reduce a su mecanismo primodial, esta ley inicua está abiertamente en vigor, es reconocida por todos. Con los adaptados, con los individuos fuertes y astutos, los mismos jefes mantienen con gusto relaciones, a veces casi de camaradas, porque tal vez esperan obtener más tarde alguna utilidad. Pero a los "musulmanes", a los hombres que se desmoronan, no vale la pena dirigirles la palabra, porque ya se sabe que se lamentarán y contarán lo que comían en su casa. Vale menos aun la pena hacerse amigo suyo, porque no tienen en el campo amistades ilustres, no comen nunca raciones extras, no trabajan en Kommandos ventajosos y no conocen ningún modo secreto de organizarse. Y, finalmente, se sabe que están aquí de paso y que dentro de unas semanas no quedará de ellos más que un puñado de cenizas en cualquier campo no lejano y, en un registro, un número de matrícula vencido. Aunque englobados y arrastrados sin descanso por la muchedumbre innumerable de sus semejantes, sufren y se arrastran en una opaca soledad íntima, y en soledad mueren o desaparecen, sin dejar rastros en la memoria de nadie".


* Nota del Autor: Con el término Muselmann, ignoro por qué razón, los veteranos del campo designaban a los débiles, los ineptos, los destinados a la selección.


Extracto de "Si esto es un hombre", Primo Levi (1917-1987)



En Auchwitz, como en la vida cotidiana, esta máxima es, increíblemente, real.



Foto: Campo de exterminio Auschwitz II-Birkenau, Cracovia, Polonia.

viernes, 7 de agosto de 2009

LA VERDADERA HISTORIA DE PENÉLOPE Y ULISES CONTADA POR MONTERROSO


LA TELA DE PENÉLOPE O QUIÉN ENGAÑA A QUIÉN

"Hace muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.


Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.


De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.

FIN"

Augusto Monterroso (1921-2003)




Simplemente, genial.

Cuadro: "Penélope and Her Suitors", James Stow.

domingo, 2 de agosto de 2009

DESPERTARES

Hoy me he despertado con esa laxitud que proporciona el verano y los días de sol, inmersa en una calma de mañana fresca de un madrid que olía a cantos de gorrión y a pereza.

Y he visto dos ojos que me miraban con curiosidad. Tumbado en MI sillón, el pequeño felino blanquinegro se regocijaba plácidamente en el estudio contemplativo de mi persona, y, juraría, que ha terminado por sonreirme. Después me ha dicho: "Hola, princesa" con un miau tan cariñoso que me he deshecho en ternura mañanera.

He suspirado feliz y le he contestado: "Dormimos otro ratito, ¿verdad?".

"Claro, reina".