Mi amado. A ti te espero.
Tranquila en mi sillón de soledad serena,
leyendo los renglones de mi vida,
descansando de tanto mundo efímero y de tanta impaciencia.
Te espero a ti y a tu altura infinita, a tu voz profunda, a tus palabras amables, a tu tez oscura y labrada por los años que te han hecho, bendito dios, lo que eres.
Te espero aun sabiendo que es posible que esté sola en esto.
Aun creyendote lejos aunque estés tan cerca.
Aunque pueda que tú estés ya de vuelta.
Aunque ni sospeches todo esto que siento.
Te espero porque me gusta esperarte.
Mi amado en el silencio. Mi admirado íntimamente.
Te espero, sonriendo, soñandote, queriéndote, adorandote.
Te espero. Te espero aquí, ya me conoces.
Mientras, vivo mi vida contenta de saber
que puedo sentir esto
abierta mi sonrisa y mis ganas de escucharte
de abrazarte, de explorarte
de, amor, tenerte
mientras hago lo único que puedo: esperarte
porque otra cosa, tesoro mío,
temo que no fuera elegante.
Hace 3 días