Seca
como la hoja al final del otoño
el mar vertido en un vaso es una mentira
el hueco que deja el árbol al ser arrancado
es como la sangre del toro
en la plaza
provoca dolor
y seca.
Negra
la rabia contenida
negra la pequeña perra negra tumbada en la cuneta
que nadie atiende
y se disloca por las sacudidas de su pequeño cuerpo convulso
atropellado por un alma
negra.
Vacía
como la entraña de una mujer estéril
como el pueblo cuando explota la mina
se vierte la despensa en las grandes panzas de occidente
dejándonos vacíos de humanidad
y niños
y la mañana amanece extrañamente fría
y vacía.
Seca, negra, vacía.
Estéril. Culpable. Hueca.
Son palabras
que no deberían existir.
Hace 1 hora
1 comentario:
Pero existen. Como pasión; la que tú tienes, la que me va permitiendo entender como vives.
Publicar un comentario