
Es extraño que yo, aborreciendo como lo hago las fiestas “oficializadas” del calendario, tenga una curiosa simpatía por esta fecha.
Desde hace años guardo una relación bastante especial con la noche del 31 de diciembre. Es un momento que me reservo para mí, mientras me viene a la mente todo lo que me ha pasado durante el año, pero siempre, con una extraña sensación de calma en el alma.
Hoy, vuelvo a repasar mentalmente, con cierta melancolía plácida, mucho de lo transcurrido en este 2008:
Una apendicitis aguda, la visión de un quirófano “desde el otro lado”. Mi sonrisa justo antes de quedarme dormida mientras entregaba confiada mi cuerpo a otras manos. El miedo. La gratitud. Y una cicatriz perenne en mi vientre.
Los amigos que lo siguen siendo, y los que creí que lo eran.
Los días malditos, los hombros caídos, la dificultad de andar.
Los momentos de gloria. La sonrisa en mi boca y la luz en la mirada. Los días de vino y rosas. Los malos tiempos. Malas comidas, mucho tabaco, demasiadas guardias.Demasiadas ausencias.Una neumonía. La mujer que me cuidó como solo una madre sabe hacerlo. Mis múltiples firmes decisiones de dejar de fumar que nunca cumplí. Mi buena salud, a pesar de todo.
La desaparición de mi familia teatral. Una obra que nunca se llevó a cabo. Muchos días de ensayos. Un escenario vacío. Mucho esfuerzo. Demasiada ilusión.
La aceptación de la facilidad con que algunas personas pueden romper los vínculos. La decepción. El dolor. El cansancio de vivir.
Formentera. Su sol. El silencio entre las sabinas y ese mar que ya se ha quedado grabado en mi memoria a fuerza de atardeceres.
El amigo que se fue. Mi ultimo encuentro con él. Aquél batido de fresa, aquella conversación despreocupada. Madrid, una tarde cualquiera. La muerte, tan irónica.
La llegada al mundo de Carmen. Sus ojitos. Su sonrisa. La soledad. Las ganas de ser amada. Los besos que me dieron. Los besos que no me dieron.
Lo que cuesta hacerse mujer. Las lágrimas. La ternura. La guerra interior. La paz interior. Mis gatitos. Un blog...
Y algún poema.
Un año intenso.
Algo más que esto: la vida.
Algo menos que esto: la vida.
Y tanto por llegar. Siempre, tanto por llegar.
Feliz 2009 a todos.