Hace 2 días
lunes, 1 de septiembre de 2008
LA VOZ DORMIDA
“En casa, a escondidas, llorarán. Rezarán por ellos a escondidas. No hay duelo si no hay difunto. No encargarán ninguna misa, ningún responso, ningún funeral para sus muertos. Sus muertos no les pertenecen. No se pondrán de luto. Y no habrá redobles de campanas”.
Dulce Chacón nos invade con oleadas de angustia, emoción, a veces rabia contenida, en este libro que nos habla de la postguerra española, de las historias de hombres y mujeres republicanos que siguieron luchando en la guerrilla, en el monte, en las cárceles, en las ciudades. De los muertos que nunca fueron reconocidos. Del dolor de los familiares. De la necesidad de un duelo que no llegó.
La historia me ha conmovido, ciertamente, pero al avanzar la novela he tenido momentos en los que me nacía una cierta revulsión interna: ¿de verdad los “buenos” fueron tan buenos, y los “malos” tan malos?? ¿Y quién eran unos y quienes los otros?? ¿De verdad sólo se cometieron tamañas injusticias con el pueblo vencido? Sí es cierto que el poder es cruel, y envalentona a quien lo posee, y muchas veces lo envilece, sobre todo si está cargado del odio y el desprecio que se respiró en esa guerra. Y por tanto, las mayores injusticias vinieron de la mano de los vencedores contra los vencidos. Pero, ¿qué habría ocurrido si las cosas hubieran sido al contrario??
¿Y acaso no hubo muertos no enterrados entre los nacionales?
Son sólo preguntas que me hago. Que nadie me responde sin clara objetividad.
Es un libro delicado, que no todo el mundo que vivió aquella época puede todavía leer.
Aquella guerra que nunca debió ocurrir.
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2 comentarios:
Nada hay tan cruel e injusto como una guerra civil, hermanos contra hermanos a sangre y fuego por una idea, vecinos contra vecinos a degüello por una rencilla personal o el linde de unas tierras.
Pero quienes alentaron aquella guerra fueron los políticos, los mismos que ahora se empeñan en desenterrar cadáveres que su incompetencia y su ignominia hicieron fracasar una situación que desembocó en aquella guerra.
Detesto que se fusilara a quien votó al Frente Popular del mismo modo que se fusiló a quienes rezaban el rosario.
Injusta fue la guerra. Igualmente injusta es la pretendida "Memoria Histórica", que carece de información, de conociento y de equidad. No, no se puede nunca razonar desde el sentimiento, sino desde las ideas.
No, no se puede nunca razonar desde el sentimiento, sino desde las ideas.
Cierto Oshi. Pero más. Nunca la pasión, el sentimiento y el desconocimiento del otro permiten vivir en paz.
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