Ha sido una semana dura. Dura. Intensa.
La vida y la muerte no siempre son esas marcas tangibles que quedan registradas en la pantalla de un monitor: frecuencia cardiaca, tensión arterial, saturación de oxígeno...La vida y la muerte son también estados de ánimo, lugares donde habitar, donde crecer o donde estancarse. Dar la vida no es solo saber reparar un corazón. Es también mirar a los ojos del otro. Querer saber de su sufrimiento. Hacerle saber que sabes.
Simplemente, ser personas.
La vida o la muerte.
Tan simple como un instante.
Tan fina la frontera
como una sonrisa
a destiempo
como el saludo no dado
la pereza en la escucha
la mirada a otra parte.
La vida, si me tienes en cuenta.
Si te fijas. Si me ves.
La muerte, si me ignoras
compañero.
Llámame por mi nombre, hazme persona
déjame ser,
hazte cargo de mi lamento.
Vida, vida.
Dame la vida.
Que para la muerte
para esa,
siempre hay tiempo.
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Imagen: http://www.interventional-cardiology.org/imagenes/CIRUGIA%20CARDIACA.jpg
Hace 5 horas
4 comentarios:
Precioso.
Que quieres que te cuente.. Pero si, se me ocurre algo.
Hubo dos momentos en que Patachunga sintió que se iba. Lo de menos es si era verdad o no. Sintió que no podía, aun resistiendo con toda el alma...
Solo había a su alrededor marcianos verdes. ¡Si uno solo se hubiese dado cuenta de la fuerza de una caricia en un instante, de unos dedos que aprietan los tuyos!.
Pero no. Marcianos verdes; y un mono desnudo.
Penélope está en Ítaca.
Estoy de guardia, acabo de tener una de esas situaciones límite que nuestra especialidad nos "regala" de madrugada. Quiero felicitarte por tu blog y agradecer que enlazaras con AnestesiaR.org hace ya un tiempo. Me gustaría devolverte el favor (¿Puedo citar parte de esta entrada?). Un saludo.
Claro, Daniel. No es algo que me pase a mí solo. Tu blog me parece una pasada y lo leo (y aprendo) a menudo.
Espero que todo saliera bien.
Un saludo!
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